Un plan de 400.000 millones de euros (US$570.000 millones) para alimentar a Europa con luz solar sahariana está ganando impulso, incluso cuando los críticos ven altos riesgos en un gran proyecto corporativo que utilizará una nueva tecnología en países del norte de Africa con un débil estado de derecho.
Desertec, como se llama la iniciativa, será el proyecto de energía solar más ambicioso del mundo. Campos de espejos sobre el desierto captarían los rayos del sol para hervir agua, haciendo funcionar turbinas para alimentar una nueva red de suministro libre de carbono que conectará Europa, Oriente Medio y el norte de Africa.
Sus partidarios, una docena de firmas financieras e industriales en su mayoría de Alemania, dicen que mantendrá a Europa al frente de la lucha contra el cambio climático y ayudará a que las economías de Europa y el norte de Africa crezcan por dentro de los límites a las emisiones de gas invernadero.
Otros advierten sobre numerosas dificultades, incluyendo la política de Maghreb, las tormentas de arena del Sahara y el riesgo para las poblaciones del desierto si su agua es desviada para limpiar el polvo de los espejos solares.
Ellos dicen que la tecnología de energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés) detrás de Desertec implica mayores costos y riesgos que el mosaico en rápida expansión de instalaciones de células fotovoltaicas que generan hoy la mayor parte de la energía solar de Europa.
Los fundadores de Desertec se sienten atraídos por el hecho que sobre los desiertos del mundo cae más energía en seis horas que la que el mundo consume en un año.
"El Sahara ofrece todas las ventajas que quieras su proximidad con Europa, la ausencia virtual de población y una luz solar más intensa", dijo George Joffe, un miembro investigador y experto en Maghreb de la Universidad de Cambridge, quien no está afiliado al plan.
"Sería una locura dejar pasar esta oportunidad", agregó Joffe.
Propuesto por el Club de Roma, un grupo internacional de expertos que sugiere soluciones para problemas globales, Desertec se convirtió en un proyecto industrial el mes pasado cuando la reaseguradora Munich Re celebró su lanzamiento en sus oficinas centrales en la capital bávara.
"Tenemos una relación especial con el cambio climático: afecta a nuestro negocio central, asegurar catástrofes naturales relacionadas con el clima, que se encuentran entre las pérdidas más costosas que tenemos que absorber", dijo Peter Hoeppe, director del departamento de Investigaciones de Geo Riesgos de Munich Re.
METAS PARA LAS EMISIONES
Muchos gobiernos europeos apuntan a reducir para el 2050 sus emisiones de gases invernadero un 80% por debajo de los niveles de 1990.
Quienes respaldan a Desertec dicen que además sería un gesto positivo desde el primer mundo para países de Oriente Medio y el norte de Africa, los cuales pueden ser los que más sufran a raíz de las sequías más frecuentes y la desertificación adjudicadas al calentamiento global.
Ellos todavía deben elaborar un plan comercial o especificar cómo será financiado pero esperan reclutar accionistas y compañías interesadas de una variedad de países.
Los funcionarios de Desertec dicen que el Sahara algún día podría entregar el 15% de la electricidad de Europa, pero esperan que el plan avance a pasos pequeños y no concluya antes de 2050.
Quienes apoyan una tecnología de energía solar más establecida, como las células fotovoltaicas, sostienen que la generación descentralizada será más popular ya que la caída de los precios hace que la compleja infraestructura necesaria para la CSP resulte inviable.
Ellos además piensan que los gobiernos europeos, que ya aceptan el riesgo de importar energía de países del norte de Africa como Argelia, ante la posibilidad optarían por la seguridad de producir energía renovable dentro de sus propias fronteras.
"La energía del Sahara para el norte de Europa es un espejismo", dijo Hermann Scheer, un miembro del Parlamento alemán y director de la Asociación Europea para la Energía Renovable.
"Los mismos que están detrás del proyecto saben que nada de esto prosperará", dijo Scheer, un arquitecto de políticas de energía renovable en Alemania, que incluían un fuerte énfasis en la tecnología fotovoltaica.
Scheer dijo que los costos de Desertec estaban siendo reducidos artificialmente y se estaba sobrestimando su potencial técnico.
"A TODO EL MUNDO LE ENCANTA"
Desertec necesitaría unos 20 cables eficientes de corriente directa que cuesta cada uno US$1.000 millones para transmitir la electricidad hacia el norte por debajo del Mediterráneo.
Las instalaciones de CSP ubicadas en el Sahara generan por superficie alrededor de 30% más energía que en el sur de España, según la agencia marroquí de energía renovable, CDER.
"Desertec puede ayudar a reducir las emisiones en Europa y promover el desarrollo económico y social en el norte de Africa, de modo que a todo el mundo le encanta este proyecto", dijo.
Santiago Siage, director de Abengoa Solar, un miembro del consorcio Deserte.
Abengoa está desarrollando instalaciones que combinan CSP con generación de electricidad por medio de una turbina a gas en Marruecos y Argelia.
Los países del sur que importan gran parte de su energía como Marruecos, Túnez y Jordania también se beneficiarían con Desertec.
Marruecos importa un 96 por ciento de su energía y subsidia el combustible para hacerla más accesibles para los pobres, una pérdida enorme para los recursos del estado que podrían ser usados para combatir la pobreza y llevar servicios a zonas rurales alejadas.
El Gobierno marroquí dice que Desertec solucionaría la dependencia energética de Marruecos y dejaría abundante energía para Europa.
"Marruecos ni siquiera tiene el 1% de consumo de energía que tiene Europa, así que seamos realistas. Estaríamos generando suficiente energía para nosotros y para exportar, para los próximos 100 años", dijo Said Mouline, el director de la agencia de energía renovable de Marruecos.