Las declaraciones de Leonar fueron en respuesta a la publicación de una amplia investigación, el viernes.
Según una comisión independiente, creada por la Conferencia Episcopal en 2000, curas católicos belgas abusaron sexualmente de 475 menores entre las décadas de los años 50 y 80. Trece de las víctimas terminaron suicidándose y otras seis lo intentaron.
El reporte concluyó que, en determinado momento, en prácticamente todas las diócesis del país hubo casos de pederastia.
Leonard afirmó que la primera obligación de la Iglesia es escuchar.
"La atención personal es lo primero que tenemos que ofrecer, queremos brindar nuestra máxima disposición a las víctimas", dijo en una conferencia de prensa.
"Debemos escuchar sus preguntas, para restablecer su dignidad y ayudarlos a curar el sufrimiento que han padecido".
CON LA POLICIA
Leonard también afirmó que la Iglesia Católica trabajaría más estrechamente con la policía para colaborar en las investigaciones sobre pederastia y castigar a los abusadores, aunque no especificó cómo.
"Queremos aprender las lecciones del pasado. Las reflexiones y las conclusiones del informe serán tomadas en cuenta. Pero los desafíos son tan grandes y tocan tantas emociones que nos resulta imposible presentar una propuesta detallada, que no sea más que a grandes rasgos".
La Iglesia Católica belga manifestó su intención de crear un centro de "reconocimiento, reconciliación y cura", pero dada la gran dificultad de esta empresa es improbable que esté listo antes de diciembre.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
Según el corresponsal de la BBC en Bruselas, Jonty Bloom, el intento de la Iglesia de encontrar una solución al escándalo de los abusos sexuales en Bélgica ofrece más preguntas que respuestas.
La institución advirtió a los culpables que sufrirán sanciones bajo la ley canónica, que podrían incluir la expulsión del clero de por vida, aunque hay que tener en cuenta que muchos de los acusados ya están muertos.
La Iglesia, afirma nuestro corresponsal, todavía está estudiando cómo puede cooperar con la investigación policial sobre los abusos a cientos de niños e incluso podría retrasar la creación del centro de "reconocimiento, reconciliación y cura" hasta que está segura de su estatus legal.
Para Bloom, si la institución esperaba poner un punto final con la respuesta del arzobispo Leonar, es muy probable que no se cumplan sus expectativas.
Las revelaciones de abusos sexuales han sacudido a Bélgica este año. En abril, el obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, renunció y admitió haber abusado sexualmente de un niño antes y después de convertirse en obispo.