Hace una semana, Héctor Tapia presionó públicamente a Blanco y Negro para que apurara la decisión sobre el próximo entrenador del club. "Lo mejor para Colo Colo es tener luego un técnico para que se empiece a trabajar para el próximo año", lanzó el DT interino, en la previa del partido ante Santiago Wanderers.

Dos días después, el presidente de la sociedad anónima, Arturo Salah, afirmó en La Tercera que el ex delantero "tiene la ventaja por el conocimiento fino que posee del plantel (...) Para nosotros sería ideal que se mantuviera la línea y que no hubiera contratiempos. Construir un Colo Colo exitoso desde adentro es mucho mejor que construir uno exitoso desde afuera".

Las palabras del timonel fueron claras: la continuidad de la dupla compuesta por el ex delantero y Miguel Riffo estaba decidida y la ratificación de ambos la frenaba sólo el afán de no desconcentrarlos del objetivo final del "Cacique". "Lo que queremos con Héctor y Miguel es tratar de tomar una decisión que no  los perjudique ni desenfoque del gran objetivo que tienen, que es levantar al equipo y meterlo en la liguilla", agregaba el ex seleccionador.

De esta forma, sólo era cuestión de días para que ambas partes comenzaran a conversar. Pues bien, a falta de una  semana para que finalice el campeonato, este acercamiento ya se produjo. El propio Tapia lo reconoció ayer, luego de la práctica en el Monumental.

Tapia no ocultó sus ganas de quedarse de manera definitiva, asegurando que tiene los méritos. "Cuando uno está preparado lo demuestra. Ya han pasado clásicos, partidos difíciles y hemos tenido buenos resultados. Ya lo demostramos. Si no me hubiese sentido preparado, nunca habría asumido", apuntó.

Condiciones

Tal como reveló Tapia, las conversaciones han sido preliminares, por lo que no se ha ahondado en detalles contractuales. Y pese a que desde la semana pasada viene pidiendo rapidez, tampoco se pone plazos.

Eso sí, según trascendió desde Macul, el técnico quiere un contrato por dos años como mínimo y no seguir como funcionario del club. Además de un aumento del 100% de su sueldo. Actualmente, percibe $ 3 millones  más un bono de $ 4 millones al mes. Mientras que Miguel Riffo se embolsa $ 1,8 millones más un bono similar.

"Van a quedarse de todas maneras, a menos que ocurra algo extraordinario", dicen, confiados, en ByN.