Esta mañana el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) informó que a la fecha, son 250 los medicamentos que han sido certificados como bioequivalentes para ser comercializados en el mercado farmacéutico. La directora del ISP, María Teresa Valenzuela, explicó que "hoy se cuenta con 108 disponibles en locales". En diciembre el aumento de estos productos para los consumidores, significará en promedio un 130%.

Valenzuela explicó que  "la meta del gobierno es incluir 310 fármacos con estas características. Cuando ello ocurra, se triplicaría en un año la cantidad de bioequivalentes, entre 2012 y 2013", dijo.

Que un medicamento sea bioequivalente, significa que tiene garantizada su calidad, eficacia y seguridad y ha cumplido con las "buenas prácticas de manufactura", además de validar sus procesos de fabricación. 

De los 250 fármacos certificados, 120 de ellos son exigidos en el Petitorio Mínimo de Farmacias, es decir, el 48% de ellos deben estar a disposición del público. En caso de que las personas, no los encuentren a la venta, la autoridad sanitaria "llama a los pacientes a que dejen su denuncia en el libro de reclamos, haciendo uso de sus derechos".

44 PRODUCTOS FUERON RECHAZADOS POR LA AUTORIDAD
De los estudios que se han ingresado al ISP, a la fecha, 44 de ellos fueron rechazados por la autoridad sanitaria, dado que las documentaciones de estos productos "no fue presentada adecuadamente, los resultados obtenidos, no permitieron demostrar la equivalencia terapéutica", confirmó el Instituto.

Del total de estas 44 resoluciones, 22 corresponden a productos que estaban registrados y solicitaron condición de bioequivalencia. Los otros 22, son medicamentos que por primera vez estaban solicitando ante el ISP, su registro sanitario.

Para la doctora Valenzuela, "antes no existía este proceso de bioequivalencia. Recordemos que la gran virtud de ella, es que exige que científicamente el medicamente sea intercambiable con el innovador. Estos fármacos habían demostrado en documentación que estaba todo en regla, pero el estudio de bioequivalencia logró  detectar que hubo fallas en el proceso y esos que comenzaron en 2009, lo permitieron", aclaró.

De toda formas, la especialista indicó que estos fármacos "no significan un riesgo para la salud de la población pero sin embargo no cumplen con todos los requisitos que exige ser un medicamento bioequivalente. Se trata de medidas más bien de carácter administrativo que no han cumplido", dijo.