Hubo la intención de proyectar la transmisión del partido de Palestino y Nacional sobre el muro levantado por Israel, pero finalmente, por razones de seguridad el asunto quedó en la idea entre los habitantes de campo de refugiados de Aida, ubicado en las afueras de Belén.

Igualmente, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza, el pueblo palestino siguió minuto a minuto el partido protagonizado por el equipo de Pablo Guede. Eso, pese a que el encuentro comenzaba pasada la medianoche en el horario local.

"Acá todo el mundo estaba atento. El partido había sido anunciado profusamente en las radios, los diarios y la televisión, sobre todo con el apoyo de Bank of Palestine", dice Xavier Abu Eid, chileno y asesor comunicacional de la Autoridad Nacional Palestina, quien observó en un salón del campo de Beishe, también en Belén, y que fue uno de los lugares visitados por el Papa Juan Pablo II en marzo de 2000.

"Hubo intención de poner algunas pantallas gigantes, pero era muy tarde y las temperaturas están un poco bajas", matiza Abu Eid.

Respecto de la seguridad, explica que "era complicado que la gente se reuniera demasiado o saliera a las calles. Acá ya son las tres de la mañana y los israelíes realizan no menos de 14 invasiones diarias a territorio palestino. Así, no es fácil salir de noche".

De todos modos, el entusiasmo era mucho: Así, explica que "la expectativa era tanta como con la presencia de la selección en la Copa de Asia, que se jugó en Australia... Acá casi toda la gente trasnochó y qué bueno que el equipo ganó. Palestino para ellos es muy importante; tanto, que no son tan futbolizados pero igualmente se quedaron hasta esta hora para poder ver el juego".

Así, anoche en Beishe, lograron reunirse varias decenas, con camisetas tricolores, tantos las que llevó Felipe Núñez como aquellas que ahora son materia de comercio habitual en las calles de Belén, Jerusalén y Ramala.