En Bagdad, la capital del país, hubo varios estallidos, incluyendo uno que mató a 15 personas.

Un atentado suicida en Kut, en el sur de Irak, se cobró otras 15 vidas y una persona falleció tras la explosión de un vehículo cargado de explosivos en Kirkuk, en el norte.

También se registraron estallidos en Basora, Ramadi y Karbala.

En el peor atentado, en Bagdad, un atacante suicida estrelló su automóvil cargado de explosivos contra una estación de policía. El incidente dejó 15 muertos y 58 heridas, la mayoría agentes.

También en la capital, un coche bomba que estaba estacionado cerca de la carretera que lleva al aeropuerto de Muthana mató a dos personas e hirió a otras siete.

En la ciudad se registraron tres explosiones más que provocaron lesiones a once individuos.

RECRUDECIMIENTO
Ningún grupo ha reconocido la autoría de ataques, aunque el corresponsal de la BBC en Bagdad, Hugh Sykes, afirma que hay una gran probabilidad de que sean obra del brazo de al-Qaeda en Irak.

La violencia ha decrecido desde el punto más álgido del conflicto sectario de 2000-2007, si bien el número de muertes civiles aumentó marcadamente en julio.

Y ataques casi diarios contra fuerzas iraquíes y agentes del tráfico en Bagdad y en la provincia de Anabr, al oeste de la capital, se cobraron la vida de más de 85 personas en las tres primeras semanas de agosto.

Los militares estadounidenses informaron el martes que el número de soldados en Irak había descendido a 49.700, a sólo días del plazo estipulado para el fin de las operaciones de combate, el 31 de agosto.

Las tropas que permanecerán en el país se dedicarán, hasta 2011, a entrenar a las fuerzas iraquíes y a proteger los intereses de Estados Unidos.

Estos efectivos sólo podrán utilizar sus armas en defensa propia o a petición del gobierno de Irak.