De acuerdo con las fuentes el campo de entrenamiento fue detectado a través de un reconocimiento aéreo. Una patrulla militar que se acercó al sitio fue recibida con disparos de fusiles de asalto.

La fuente precisó que en el rancho se encontraban tres personas secuestradas. Allí se decomisaron 23 armas largas, 532 cartuchos, 19 vehículos y droga.

Todas las personas fallecidas forman parte del grupo de presuntos sicarios, aunque no se ha identificado a la organización delictiva a que pertenecen.

El incidente ocurre horas después que el presidente Felipe Calderón ofreció un mensaje por su cuarto informe de gobierno, donde el tema central fue un llamado a combatir la inseguridad pública en el país.

"Enfrentamos a criminales sin escrúpulos con una enorme capacidad económica y gran poder de fuego", dijo Calderón.

RECLUTAMIENTO FORZOSO

Es el tercer campo de entrenamiento desmantelado por Ejército en lo que va del año en el noreste de México.

En abril los soldados localizaron un campamento del cartel de Los Zetas en Camargo, Tamaulipas, también cerca de la frontera estadounidense.

Y en mayo se desmanteló otro en el municipio de Higuera, Nuevo León.

El ministro de Marina, Francisco Saynez, dijo que los carteles de la droga hacen reclutamiento forzoso de personas para obligarlas a combatir para ellos.

Muchos han sido inmigrantes indocumentados de Centroamérica a quienes los carteles los han secuestrado, como ocurrió con la reciente masacre de 72 personas en Tamaulipas, cometida aparentemente por un grupo vinculado a Los Zetas.

De acuerdo con el ministro de Hacienda, Ernesto Cordero, la ola de violencia en el país ha costado el equivalente al 1,2% del Producto Interno Bruto, unos US$11.000 millones.

Desde 2006, cuando el gobierno intensificó la lucha contra carteles de narcotráfico, más de 28.000 personas han muerto según cifras oficiales.