Los habitantes del Gran Santiago aumentaron su demanda por plantar árboles ya sea para decorar, cercar sus propias viviendas, heredarlos a sus generaciones posteriores, entre otras excusas, como incluso producir miel. Si bien entre el año 1995 y 2010, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) recibía en promedio 100 peticiones anuales desde privados para adquirir especies, entre 2011 y 2013, plena marcha del programa de Arborización que comenzó en 2010, "las peticiones aumentaron a 800 por año", aseguró desde Conaf a La Tercera, la Jefa de Arborización Urbana de la Región Metropolitana, Patricia Peña .
"El objetivo no es sólo 'entregar árboles', más bien acercar a la ciudadanía a la valorización de espacios públicos y estimularla", considera Peña.
Durante 2010-2013 la iniciativa de gobierno "Un árbol, un chileno", que aspira entregar 7.517.187 especies a nivel nacional, a otorgado a la fecha 9.198.044 plantas, lo cual significa un avance de 122,4%.
Pero las especies deben cumplir ciertos ciclos y procesos para ser entregadas, de los cuales dependerá también el establecimiento de los árboles.
"A veces nos vemos topados con los tiempos. Existen ciertos cánones para la entrega en espacios públicos, por ejemplo, y dependemos de los ciclos productivos de cada especie, que deben acordes a la demanda. Ya nos estamos anticipando incluso a las entregas 2014 y 2015, porque existen árboles que requieren hasta cuatro años de viverización, dependiendo del ejemplar ", explicó Peña.
En efecto, los primeros días de vida para los árboles son fundamentales para su sobrevivencia. Un vivero entonces, significa un conjunto de instalaciones que proporcionan condiciones de crecimiento más favorables para que las especies logren un continuo desarrollo y adquieran fortaleza para ser trasplantadas.
En 2012, según las cifras de Conaf, la última inyección económica para el programa fue de 300 millones de pesos.
ESPECIES NATIVAS SON PROTAGONISTAS
La estrategia de Conaf incluye la selección de árboles que por una parte se adapten de mejor forma al clima mediterráneo en la zona central, con el desafío de introducirlos en un espacio de expansión urbana que resulta más pequeño en ocasiones, de lo que requieren las mismas especies.
En medio de este escenario, "trabajamos con árboles que presenten un desarrollo menor en su tamaño, que tengan en lo posible la hoja perenne para efectos de que pueda ser un contribuyente en términos de contaminación, reteniendo el material particulado en la época más crítica, que corresponde al invierno", indicó Patricia Peña.
Se trata de especies nativas que forman parte del bosque esclerófilo de la Región y que se encuentran en las periferias principalmente.
"Son árboles que tienen mayor sobrevivencia y rápido crecimiento, porque las introducidas no siempre se adaptan al clima ni se dan en máximo esplendor en la Región", agregó la especialista.
En la lista de las especies, de mayor resistencia a la sequía en el Gran Santiago, de más rápido crecimiento y mayor demanda también, figuran principalmente EL Quillay, Maitén y Peumo:
EL QUILLAY
Se trata de un árbol o arbusto de 2-10 metros de altura, aproximadamente. La demanda en general, se debe a sus ricas propiedades para la realización de productos de belleza o medicinales. La corteza y las hojas, en infusión, se emplean en el tratamiento de malestares respiratorios, sobre todo para tratar la tos. El macerado de la corteza es utilizado para lavarse el cabello ya que combate la caspa y la seborrea, en cambio la decocción se emplea para tratar afecciones de la piel.
EL PEUMO
Su nombre proviene del "mapudungún maghtun" que significa "almuerzo de semillas". Esta especie, se cataloga como un árbol "siempre verde", porque es perenne y crece de forma natural desde la Región de Atacama a la de los Lagos y desde la zona costera a la precordillera de Los Andes.
El Peumo alcanza en promedio unos 15 a 20 metros de altura. Sus ramas son delgadas y colgantes que conforman una copa ancha.
Esta especie de rápido crecimiento que puede alcanzar 200 años de vida.
EL MAITÉN
También nominado como espino albar, crataego, peumo alemán y peumo extranjero, se define como un "árbol de hoja anual" de promedio cuatro a seis metros de altura.
En cuanto a sus usos populares, son la infusión de las flores y hojas del espino albar las cuales se emplean como hipotensor y en malestares cardíacos.