Una fórmula para modernizar la fundición Hernán Videla Lira está definiendo la Empresa Nacional de Minería (Enami) con el Ministerio de Hacienda.
Desde 2014 que la estatal viene analizando una alternativa para modernizar la instalación ubicada en Paipote, Región de Atacama, que es crucial para la labor de fomento para la pequeña y mediana minería que realiza Enami. La firma debe ajustarse a la nueva norma de emisiones que afectará a las siete operaciones de este tipo que existen en Chile -donde Paipote es una de ellas-, que implica elevar los niveles de captación de emisiones a 95% y que comenzará a regir en diciembre de 2018.
Enami no sólo quiere cumplir con la normativa, además, busca transformarse en una empresa rentable. "Las inversiones que tenemos que hacer en Paipote, necesarias para cumplir con la normativa ambiental, tienen que ser rentables, porque eso hará que el modelo de negocio completo de la Enami se sustente en el tiempo", explica el vicepresidente ejecutivo de la firma, Jaime Pérez de Arce.
Con ese norte, desde enero de este año, el equipo de 15 personas que lidera el ejecutivo cambió el foco de su análisis y decidió mirar la realidad metalúrgica de China, para conocer el trabajo que el gigante asiático viene realizando en materia de tecnología y eficiencias para operar fundiciones y refinerías, conocido en el rubro minero como el negocio Fure.
Tras casi un año de evaluación, Enami ya cuenta con el diseño de un plan que fue recientemente aprobado por el directorio de la estatal, instancia que preside la ministra de Minería, Aurora Williams. También obtuvo el visto bueno de Cochilco, entidad que visa los proyectos de las empresas estatales mineras, y por el Ministerio de Desarrollo Social, cartera que revisa la rentabilidad social de las iniciativas de las firmas del Estado.
El plan consiste en modernizar Paipote a través de un modelo de asociación con un inversor chino. La estatal mantendría el control, pero tanto la tecnología como la instalación de la misma serían provistas por la empresa asiática.
Pérez de Arce explica de dónde saldrán los recursos para materializar dicho plan.
"Para desarrollar este proyecto no está contemplada una capitalización o aporte adicional del Estado, sino un modelo de asociación y de endeudamiento para financiar el proyecto, el que tiene que ser rentable, pues tiene que pagar la deuda", enfatiza.
* Un camino: crear una filial
Enami inició gestiones con el Ministerio de Hacienda para armar la fórmula que permita viabilizar el proyecto de asociación. Pérez de Arce cuenta que expertos de Enami han presentado al equipo asesor de Rodrigo Valdés los detalles de la propuesta en la que estuvieron trabajando durante todo el año y cuya fase de prefactibilidad culminó en octubre pasado.
"Estamos conversando con el Ministerio de Hacienda. Les hemos mostrado el proyecto para que ellos nos ayuden, porque Hacienda tiene que autorizarnos la deuda que debamos contraer, de manera que hemos iniciado muy oportunamente el proceso para tener esto claro en los próximos meses", detalla Pérez de Arce.
Los plazos para las definiciones no son tan extensos, dice, pues la meta que se autoimpuso Enami es aprobar la arquitectura del proyecto en las reuniones de directorio de marzo o abril próximos.
Hasta ahora, lo que hay en la mesa de análisis son varias formas de asociación. Una de ellas apunta a la creación de una filial que operaría el negocio Fure y en la cual la estatal sería la socia mayoritaria. Pérez de Arce entrega detalles de cómo funcionaría este esquema.
"Bajo este camino, que no sería el único, habría que establecer un contrato de maquila (para procesar el mineral), donde se establece todo el servicio que se presta. Un modelo similar al que tenemos con Ventanas de Codelco, pero con la diferencia de que nosotros seríamos los dueños de la operación de esta filial", precisa.
Pérez de Arce no ve complicaciones para el proyecto, tras el cambio en la perspectiva a negativa que Fitch hizo esta semana a la clasificación de riesgo de Chile. A su juicio, lo que sí provocaría esa modificación es volver más cara una de las alternativas que se analiza para el endeudamiento de Enami.
El ejecutivo cuenta que ha recibido a varios representantes de fundiciones chinas interesadas en asociarse a Enami; no obstante, Pérez de Arce aclara que no será la minera la que buscará al inversionista asiático. La mejor fórmula, asegura, es hacerlo en el marco del acuerdo de cooperación que en abril pasado suscribieron Chile y China, cuyo objetivo principal es, precisamente, el desarrollo de nuevas tecnologías en fundición y refinería.
"Esas conversaciones se deben materializar por el lado del gobierno, dado que ellos firmaron el acuerdo. Ojalá no seamos nosotros los que tengamos que tomar las decisiones, porque entendemos que lo que queremos es un compromiso de largo plazo y porque asumimos que los recursos que se requieran se entregarán en el marco del acuerdo de colaboración que se firmó. Así podemos acceder a préstamos en mejores condiciones, con plazos más largos y a tasas más favorables. Eso es lo que buscamos", explica.
A través de esa vía, la firma también busca acotar los riesgos. "No es lo mismo que pidamos recursos en Wall Street y luego vayamos a China a comprar los equipos y los traigamos acá para instalarlos, que ir a China y junto con los equipos vengan los propios desarrolladores de las tecnologías a instalarlos acá", puntualiza.
El ejecutivo añade: "Nosotros buscamos un modelo de involucramiento mayor de parte de los titulares y dueños de las tecnologías, porque por un lado disminuimos la deuda que tenemos que contraer -porque ingresarían a la propiedad- y, por otra parte, reducimos los riesgos del negocio y de la tecnología, que es nueva en el mundo".
* La nueva fundición
El programa de Enami contempla ampliar la fundición Paipote, con la meta de procesar hasta 700 mil toneladas de mineral por año. Hoy, la operación ubicada en Atacama transforma nominalmente 340 mil toneladas y sólo opera algunos meses del año, debido a las paralizaciones que debe realizar por las restricciones ambientales a la que está sometida la operación.
La nueva hoja de ruta trazada por la minera también considera la instalación de una refinería polimetálica, para procesar no sólo cobre, sino, además, una decena de otros minerales, como hierro, zinc, platino y paladio.
Al tener una mayor capacidad y ser más eficiente, señala Pérez de Arce, se espera rebajar en 50% los costos unitarios de Paipote. Actualmente, la fundición gasta US$ 139,7 por tonelada de Carga Nueva Útil (CNU) que es fundida (ver infografía).
"Nosotros estimamos que con esto, a mediano plazo, se dejan atrás los ciclos en rojo", estima.
Pese a la urgencia que ven en Enami de llevar a cabo esta iniciativa, la nueva fundición y refinería no alcanzarán a estar listas antes de dos años. Según los plazos que maneja la estatal, las nuevas instalaciones podrán comenzar a operar recién hacia fines de 2020 o inicios de 2021.
Para ajustarse a la nueva norma ambiental que regirá desde fines de 2018, en paralelo, la estatal está trabajando en un proyecto enfocado en abatir el 95% de las emisiones de Paipote. Pérez de Arce menciona que se trata de inversiones menores, que fluctúan entre US$ 40 y US$ 70 millones, dependiendo de las tareas que se requieren mitigar. "En ese proceso, ya hemos iniciado una licitación pública, por lo que deberíamos prontamente contratar la ingeniería y los estudios para realizar estas tareas que son cruciales, porque son las que nos jugamos para cumplir la normativa", asevera.
* Reducción de la deuda
La situación financiera de Enami ha mejorado en los últimos años. Gracias a la comercialización del sobrestock de mineral, proceso que la compañía inició en 2014, su deuda se redujo de US$ 250 millones a US$ 150 millones. Esto, explica Pérez de Arce, "no obstante haber otorgado al Fondo de Sustentación del Precio del Cobre, dirigido a la pequeña minería, del orden de US$ 50 millones, en los años 2015 y 2016, con financiamiento de la Enami; sin eso, el endeudamiento neto sería de US$ 100 millones".
Pese a esa mejoría, los resultados de última línea continúan en rojo. Desde 2013 y de manera consecutiva la estatal ha tenido pérdidas. Las más altas se verificaron en 2014, cuando totalizaron US$ 142 millones; al año siguiente, la minera logró rebajarlas a US$ 53 millones.
Durante el año que termina, la empresa ha seguido reduciendo esos niveles. A septiembre acumula una pérdida de US$ 37 millones, un 15% menor a la registrada en igual período del año pasado. Resultado que responde al plan de ahorro implementado en 2016, que consideró una rebaja del gasto de US$ 17 millones, proyectándose alcanzar una reducción incluso mayor para el cierre de diciembre, de US$ 19 millones.
"Esto permite proyectar como resultado final una pérdida de US$ 40,9 millones para 2016, menor a los US$ 47,9 millones que estaban presupuestados para este año", destaca el ejecutivo.
En todo caso, estos últimos años no son los únicos períodos de cifras negativas que ha enfrentado Enami. Es más, desde mediados de la década pasada ha tenido lapsos de intermitencia, donde ha transitado entre números rojos y azules, sin poder sostener escenarios favorables por mucho tiempo.
Los años 2004 y 2005, por ejemplo, fueron clave para la compañía, pues dejó atrás las cifras rojas que mantuvo en ejercicios previos producto de un alto endeudamiento. Ese mejor registro fue posible tras implementar una reestructuración de sus pasivos y de concretar la venta de la fundición Ventanas a Codelco.
Años después, sin embargo, la compañía nuevamente volvió a terreno negativo. En 2011 obtuvo pérdidas por US$ 75,8 millones, revirtiendo un 2010 en que ganó US$ 30 millones.
El 2017 no se vislumbra auspicioso, adelanta Pérez de Arce: "El próximo año la situación externa empeorará, pues bajarán los cargos por tratamiento y refinación (TC/RCs), que es como el precio del cobre para el minero. No está a firme cuánto, pero se habla de rangos que van desde cinco a ocho centavos la libra de cobre, y baja también el precio del ácido sulfúrico. Por lo tanto, tendremos un empeoramiento en los resultados por variables externas que nosgolpearán con hartos millones de dólares".
Para enfrentar un escenario que se prevé adverso, la minera está impulsando un puñado de medidas que persiguen menores gastos y obtener ingresos adicionales. Eso amortiguará, en parte, las condiciones desfavorables, plantean en la firma.
"Esto se traduce en presupuestar un resultado negativo de US$ 45,5 millones, que si bien se compara negativamente con la proyección de 2016, absorbe impactos negativos por US$ 8,3 millones por menores precios del ácido y cargos de tratamiento, además de no contar con abastecimiento pleno en plantas", detalla el ejecutivo.