Mientras regresaba a su casa, en Piratininga, ciudad de Niteroi, en la región metropolitana de Río de Janeiro, la jueza Patricia Acioly, fue asesinada de 16 disparos, por cuatro encapuchados que la  emboscaron con dos automóviles y dos motocicletas.

La magistrada era conocida por su rigor contra los policías  que participan de los escuadrones de la muerte o grupos de  exterminio en Río.

"Ella ya había recibido amenazas de muerte", dijo el  presidente del Tribunal de Justicia de Rio de Janeiro, Manoel  Rebelo dos Santos.

Sin embargo, la familia de la víctima, de 47 años, que deja  tres hijos, denunció que a la jueza se le había negado custodia  por cuestiones aún no aclaradas.

"El atentado fue hecho por profesionales; llama la atención que ella no tenía seguridad, por el hecho de haber juzgado centenas de criminales de alta peligrosidad. El homicidio parece  hecho por la mafia", dijo el presidente de la Orden de Abogados  de Brasil de Niteroi, Antonio Barbosa da Silva.