Un fósil de bacteria de azufre de 1.800 millones de años es el primer organismo descubierto que no tiene muestras de evolución. Encontrado entre rocas en el fondo del mar de Australia Occidental, la bacteria no presenta cambios al compararla con otros fósiles más antiguos (2.300 millones de años), de la misma zona, y con las actuales bacterias del azufre que viven en las costas chilenas.
Así lo demuestra un estudio internacional, liderado por la U. de California en Los Ángeles (UCLA), en el que también participaron investigadores de la U. de Concepción y de la Nasa.
"Parece increíble que la vida no se haya desarrollado durante más de dos mil millones años, casi la mitad de la historia de la Tierra", dijo J. William Schopf, autor principal del estudio en un comunicado. "Dado que la evolución es un hecho, esta falta de evolución necesita ser explicada", agregó.
La respuesta podría estar en el ambiente en el que se desenvuelven las bacterias, que no ha cambiado, por lo que estos microorganismos no han necesitado adaptarse.
La teoría de la evolución por selección natural establece que las especies se desarrollan a partir de los cambios genéticos hereditarios que hacen que un individuo sobreviva en un medioambiente y se reproduzca, manteniendo estos cambios en las siguientes generaciones.
"La regla de la biología es no evolucionar a menos que haya cambios en el entorno físico o biológico, lo cual es consistente con Darwin", dice Schopf. El entorno en el que viven estos microorganismos ha permanecido esencialmente sin cambios durante 3 mil millones de años. "Estos microorganismos están bien adaptados a su simple y muy estable medioambiente. Si estuvieran en un medioambiente que no cambió, pero sin embargo evolucionaron, eso hubiera mostrado que nuestra comprensión de la evolución darwiniana estaría seriamente defectuosa", aseguró.
Según Schopf este descubrimiento, más que desafiar el trabajo de Darwin, provee más pruebas científicas. "Encaja perfectamente con sus ideas", dijo.
Para comparar los fósiles, Schopf y su equipo usaron un método conocido como la espectroscopia Raman, para medir la composición y la química de las rocas. Luego, produjeron imágenes en 3D de los fósiles y las compararon con las bacterias modernas. Los antiguos microbios parecían idénticos a los actuales.
Los fósiles estudiados pertenecen a un período conocido como la Gran Oxidación, que se produjo cuando los niveles de oxígeno aumentaron en la Tierra entre 2.200 millones y 2.400 millones de años. En ese período, también aumentaron los niveles de sulfatos y nitratos, que proporcionan los nutrientes que las bacterias del azufre necesitan para sobrevivir y reproducirse. El ambiente dentro de estas rocas de aguas profundas no ha cambiado desde entonces, por lo que no ha habido necesidad de que los organismos se adapten, dijeron los investigadores.