Un total de 45 cerebros conservados de forma natural se descubrieron en una fosa común en la localidad de La Pedraja, donde fueron arrojados cadáveres de fusilados durante la Guerra Civil española.

España tiene cientos de fosas comunes de la guerra transcurrida entre 1936 y 1939 que dio paso a la dictadura de Francisco Franco, y sólo unas pocas han sido exhumadas, en parte por la ley de amnistía y también por la falta de financiamiento gubernamental a la ley de la memoria histórica.

Expertos determinaron que los agujeros dejados por las balas en los cráneos de los fusilados permitió que la lluvia llegase a los cerebros y que se produjese en 45 de más de 100 encontrados un proceso natural muy poco frecuente, llamado la saponificación, por el que se convirtieron en jabón.

También se encontró un corazón conservado de forma natural, un descubrimiento sin precedentes, según el forense Fernando Serrulla, quien trabajó en la exhumación y publicó el estudio titulado "No hay ningún caso en el mundo de corazón conservado".

"La conservación del cerebro es un fenómeno muy poco habitual", aseguró Serrulla. "Apenas hay unos 100 casos en el mundo escritos", agregó.

Serrulla custodia los cerebros en un hospital y contó que son de color mayor con aspecto arrugado y los surcos que los recorren son aún perfectamente distinguibles. Forman la mayor colección de cerebros humanos conservados de forma natural, afirmó el forense.

Sólo 16 de los 104 cerebros encontrados en la fosa de La Pedraja han sido identificados, aunque no se sabe a qué cuerpo pertenecen ya que su estudio se paralizó por la falta de financiamiento.