Encuentran los caballos gigantes que Hitler lucía en la cancillería

Se trata de dos esculturas gigantes de Josep Thorak, que fueron halladas por la policía alemana en Renania-Palatinado.




La policía alemana encontró en un depósito situado en el Estado de Renania-Palatinado (suroeste de Alemania) dos esculturas gigantes que representan dos caballos y que estuvieron en su momento frente a la cancillería desde donde Adolf Hitler regía los destinos del III Reich.

Así lo confirmó hoy un portavoz de la policía de Berlín, después de que el diario Bild adelantara el hallazgo en su edición digital.

Los dos caballos, obras del escultor Josef Thorak (1889-1952), estaban desaparecidos desde 1989 y en los últimos años habían sido ofrecidos en el mercado negro por precios de entre 1,5 y 4 millones de euros (de 1,6 a 4,4 millones de dólares).

Thorak, junto con Arno Brecker, era uno de los escultores preferidos de Hitler y de su arquitecto estrella Albert Speer y sus trabajos tenían un papel clave en el plan de crear una capital monumental que debía llamarse Germania.

Hacia 1943, en plena guerra, Hitler ordenó trasladar los caballos de Thorak y otras esculturas a un taller que tenía Brecker a 20 kilómetros de Berlín, donde las piezas fueron encontradas después por el Ejército Rojo.

Los caballos de Thorak y otras esculturas nazis pasaron así a partir de 1950 a formar parte de la decoración de un campo de deportes del ejército soviético en Eberswalde, localidad cercana a Berlín.

En enero de 1989, la historiadora del arte Magdalena Busshart publicó un artículo sobre las esculturas en el diario "Frankfurter Allgemeine" en el que, entre otros detalles, hablaba de su ubicación en el campo de deportes de Eberswalde.

Semanas después, una lectora escribió una carta al diario en la que advertía de que las esculturas ya no es encontraban en el lugar indicado.

Según el "Bild" todavía no hay claridad acerca de cómo desaparecieron los caballos de Eberswalde y a través de los años se han barajado varias hipótesis, desde su traslado a Moscú, hasta una venta de las esculturas por parte del régimen de la extinta RDA para obtener divisas.

En la última hipótesis desempeña un papel importante la figura de Alexander Schalck-Golodkowski, un curioso personaje del régimen comunista cuya misión era conseguir divisas, para lo cual solía retirar obras de los museos del país y venderlos en los mercados de Occidente.

Hace dos años, según el popular rotativo alemán, los caballos había sido ofrecidos a la historiadora de arte Magdalena Busshart por 1,5 millones de euros (1,6 millones de dólares) por un hombre que aseguró haber trabajado con Schalck-Golodkowski.

La manera como las esculturas, junto con otras obras desaparecidas, llegaron al depósito donde fueron halladas no ha podido ser esclarecida.

Su hallazgo se produjo en el marco de una investigación -dirigida por la Policía de Berlín- en la que se registraron edificios en varios Estados federados en busca de arte robado.

Se han abierto investigaciones contra ocho sospechosos de entre 64 y 79 años.

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