Hace algunos días, arqueólogos peruanos encontraron la tumba número 15 en la pirámide de la dinastía de Sipán, un santuario preincaico que tiene gran relevancia histórica para la arqueología americana.
El hallazgo de dos pirámides de adobe fue clave en 1987 -cuando fueron descubiertas por primera vez- pues eran los primeros restos intactos y sin huellas de saqueos de un entierro real de una civilización.
En ese entonces y a cinco metros de profundidad, se encontró una tumba intacta de un hombre de unos 40 años, rodeado de ornamentos, joyas, emblemas y custodiado por ocho acompañantes y animales. Se trataba del Señor de Sipán, jefe máximo de la cultura Mochica, que se desarrolló entre el siglo I y IV D.C.
Esta última tumba encontrada a 12 metros bajo tierra, pertenece supuestamente a un noble guerrero, y como está situada bajo suelo geológico, se cree que no hay nadie enterrado debajo, según cita El Mundo.es.
Y aunque por el momento no se ha podido desenterrar toda la tumba, ya se ven los primeros restos de lo que fue la coraza, máscara y demás ornamentos con los que fue enterrado el personaje, asegura el periódico español.