A los conductores que excedan las velocidades máximas en la capital argentina se les confiscará el vehículo, cuando entre en vigencia una ley que se acaba de sancionar para mitigar los accidentes viales.
Por 42 votos a favor y 11 abstenciones, la legislatura porteña aprobó en la noche del jueves una ley en tal sentido, que empezará a regir en dos semanas.
En las calles de Buenos Aires, la velocidad máxima permitida es 40 kilómetros, 60 en las avenidas y 100 en las autopistas.
Los infractores a la velocidad sufren multas de entre 100 a 1.000 pesos (26 a 260 dólares dólares). Esa pena se mantiene, pero ahora se les secuestrará su vehículo hasta que paguen la multa y, además, se les descontarán puntos en su licencia de conducir.
Esta ley se suma a otras recientes para darle más rigor a los controles de seguridad vial, tales como intensificación de los controles de alcoholemia y del uso de casco para los motociclistas.
Según cifras de la Policía Federal, la tasa de mortalidad por accidentes de tránsitos está bajando. Durante el primer semestre de 2009 murieron 37 personas en accidentes de tránsito, respecto de los 74 en el mismo período de 2008.