Graves patologías como los tumores neoplásicos (cáncer) o afecciones al sistema circulatorio como un infarto al miocardio, son algunas de las enfermedades catastróficas que generan los mayores costos para el sistema isapres.
Según un estudio de la Superintendencia de Salud sobre la Cobertura Adicional de Enfermedades Catastróficas (CAEC), entre 2000 y 2013, se registró un total de 37.047 casos, es decir, pacientes que pidieron (activaron) una cobertura para este tipo de afecciones, debido a que con ellas pueden suplir el alto gasto que involucran.
El reporte indica que los tumores neoplásicos o cáncer poseen la mayor cantidad de recursos facturados (la cuenta final entregada por el prestador a la isapre), con $ 264 mil millones (en 13 años). Le siguen en el mismo ítem las afecciones al sistema circulatorio, con $ 146 mil millones. Los costos han ido en aumento, debido al alza sostenida de pacientes que piden financiamiento. Por ejemplo, por tumores a los bronquios en pacientes que requerían cobertura, se le facturaba al sistema un total de mil 100 millones de pesos, en 2001, mientras que en 2013 fueron $ 15 mil millones.
Esos montos no son pagados por el paciente en su totalidad. El informe de la Superintendencia explica que el plan de salud cubre un 46% de los costos, el CAEC, un 40,7% y el resto de la cuenta es financiada con el deducible o por el afectado.
El reporte de la entidad indica que algunas enfermedades fueron las más frecuentes el año pasado. Entre éstas se encuentran el tumor de colon, el infarto al miocardio, la prematurez, el tumor a los bronquios y de mama.
El investigador de la U. Católica, Jorge Jiménez de la Jara, explica que el país gasta US$ 2.000 millones al año en tratamientos por cáncer. "Es indispensable revisar las coberturas que dan los seguros en esta enfermedad, racionalizar la atención médica, dar acceso a los medicamentos de alto costo que sean efectivos y probados. Es decir, dar al cáncer la importancia que tiene como primera causa de muerte en población relativamente joven", dice.
ALZAS
Claudio Santander, presidente de la isapre Masvida, explica que el uso de tecnologías en el diagnóstico de determinadas patologías eleva los recursos que se deben pagar, lo que se suma a uso de medicamentos sofisticados, que también tienen un precio mayor. "En general, el aumento de costo de las isapres se traspasa al precio" de los planes, añade.
Fernando Muñoz, investigador de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, señala que el alza sostenida de los costos se presenta porque "hay una escasa negociación inteligente de precios entre los seguros y los prestadores privados. Hoy las isapres pagan por 'actos' a los centros de salud, pero esa es una forma ineficiente de cancelar una prestación, porque el usuario y el seguro quedan a merced de lo que a la clínica se le ocurre hacer". Para Fernando Muñoz, "cualquier cobertura para catástrofes en salud debería contemplar que las familias no gasten más del porcentaje razonable de sus ingresos anuales", como sucede con el Plan Auge, donde hay un tope de pagos para el usuario.