Mientras en el Festival de Cine de Berlín se exhibía Bones of Contention, el documental estadounidense que toma el asesinato de Federico García Lorca para hablar de la represión a homosexuales y lesbianas españolas durante la dictadura de Franco, en Granada se cerraba la tercera investigación en torno a los restos del poeta fusilado tras el golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil Española de 1936. Los resultados no fueron los esperados.
La excavación fue realizada en octubre de 2016 en Alfacar, municipio español perteneciente a la provincia de Granada, lugar donde supuestamente se hallaría una fosa común con los restos de un grupo de republicanos acribillados, entre ellos el poeta. La búsqueda finalizó sin hallar huesos ni restos de ropa, sólo un pozo con tierra removida y dos casquillos de bala.
Era el tercer intento, dos fallidos lo preceden. El primero se realizó en 2009, sustentado en la investigación del biógrafo irlandés Ian Gibson. La Junta de Andalucía invirtió 70 mil euros para excavar en la zona señalada por Gibson como la fosa del poeta, basándose en el testimonio que en 1966 le entregó Manuel Castilla, supuesto enterrador de Lorca. Luego de 47 días de búsqueda la excavación finalizó sin novedades.
El segundo intento fue el año 2014, dirigido por el mismo equipo actual, conformado por un grupo interdisciplinario de investigadores liderados por el historiador Miguel Caballero y el arqueólogo Javier Navarro.
Esta vez se basaron en el libro Los últimos días de Federico García Lorca, del investigador Eduardo Molina Fajardo, publicado en forma póstuma en 1983. Molina había sido falangista, y por ello logró conseguir declaraciones como las de Fernando Nestares, mando militar a cargo del pelotón que supuestamente fusiló al poeta. "Manolo Martínez Bueso me dijo que Federico iba en pijama y que los habían matado en el campo de instrucción de las tropas, antes de llegar a Fuente Grande, a la derecha de la carretera", se puede leer en una de las declaraciones de Nestares consignadas en el libro. El militar le entregó a Molina en 1969 un croquis con el lugar exacto del entierro.
Bajo esas indicaciones se hizo la segunda excavación, a pocos metros de la anterior. La misión se detuvo por la llegada del invierno y los trabajos no se retomaron sino hasta dos años después.
Cuerpos exhumados
El pasado 15 de febrero se dieron a conocer los informes de la tercera excavación. Si bien es la única que hasta ahora ha arrojado pruebas tangibles, dos casquillos de bala y un movimiento de tierras en torno a un pozo, no dio con los restos de García Lorca. Aún así el equipo liderado por Javier Navarro y Miguel Caballero se inclina por una nueva teoría: "Las evidencias arqueológicas concuerdan con la tesis de que allí fueron fusiladas personas y fueron enterradas. También nos indica que los cuerpos fueron exhumados con posterioridad", declaró Navarro. "Si ahí estuvo García Lorca, solamente lo podemos decir basándonos en las investigaciones históricas", agregó el arqueólogo.
Así como el documental Bones of Contention relata que el asesinato de García Lorca respondió a su pensamiento político y su condición de homosexual, existen otras versiones. Miguel Navarro no sólo ha encabezado las investigaciones para hallar los restos de Lorca, también busca indagar en los motivos de su muerte. En su libro Las trece últimas horas en la vida de García Lorca, propone que el asesinato fue un ajuste de cuentas, debido a viejas rencillas privadas, problemas familiares y económicos que se mezclan entre tres clanes: los García Lorca, los Roldán y la familia Alba. Así el autor responsabiliza a los Roldán como autores intelectuales de la muerte del poeta por disputas de tierras, y niega los motivos políticos.b