Feliz. Así se le ve al rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, al finalizar una semana que fue de avances para el mundo de la educación superior, debido a la aprobación de los proyectos de ley de educación superior y de universidades estatales. La alegría del rector Vivaldi no se debe tan solo a que ahora existirá un marco reglamentario para estas instituciones, sino que resolvió una decisión que venía dando vueltas hace un tiempo: su repostulación a la rectoría.

¿Cuándo decidió que será candidato a rector?

Más que enfatizar el rol de candidato, a mí me interesa seguir siendo rector de la universidad, porque es curioso ser candidato y a la vez estar en el cargo. Lo importante es que yo soy rector y quiero seguir siéndolo, lo que se puede justificar con todo lo que hemos hecho y queremos hacer.

¿Por qué quiere seguir siendo rector?

En estos cuatro años hemos conseguido cosas muy importantes, lo que permite que se abran nuevas perspectivas para otro período, y es evidente que queremos ese tiempo para consolidar lo alcanzado.

¿Qué diferencia su gestión de otras?

Ha habido un punto de inflexión en la universidad y ese cambio lo ha percibido la comunidad. Todos entienden que hoy la Universidad de Chile está en otro pie dentro del país, siempre ha sido muy buena, pero ahora es diferente porque la forma de pararse dentro del país es distinta y mejor.

¿Cree que el sello distintivo de su gestión fue estar a la cabeza de las universidades estatales?

Sí, pero sobre todo esto se da un momento histórico donde Chile vuelve a tener universidades estatales, no es exagerado decir eso. Porque si bien en el papel éramos estatales, fuimos tratados como una universidad más, pero aquí hay dos conceptos fundamentales que se relevaron, como que son parte del Estado y que por esto el Estado se debe responsabilizar por ellas.

¿Cuáles son los mayores logros de su mandato en la interna de la universidad?

Avanzamos en diversas áreas. Por ejemplo, en ciencias sociales se creó el Proyecto Bicentenario, que ha tenido un impacto en la calidad y pertinencia de la formación de recursos humanos. Tenemos un programa transversal de educación para la formación de profesores con nuevos métodos de enseñanza. En materia de salud nos preocupamos del Hospital J.J. Aguirre, lo que no se hacía desde 1994. Desde esa fecha el Estado no ponía ni un peso, siendo que es la principal fuente de formación de especialistas, por eso conseguimos que se le diera un aporte de $ 11 mil millones para que quede con equipamiento adecuado. En algún momento la universidad veía al hospital como un problema o amenaza por el tema financiero, hoy no cabe duda de que es 100% viable.

Otro de los últimos avances que se conocieron es la concretización del parque Laguna Carén...

Sí, esto incluso llega a cambiar la geografía de la universidad y la intelectualidad. Este proyecto surge para darles solución a los desafíos actuales. Por eso, más que abordarlos como se hace hasta ahora, con esto se podrá tener la intervención de muchos especialistas a la vez de forma transdisciplinar y seremos un polo intelectual de la región. Pero tampoco se queda atrás la parte artística...

¿Qué tipo de mejoras tienen?

Recambiaremos el sector de Plaza Italia. En el edificio de Vicuña Mackenna 20 nos enfocaremos en orquesta, ballet y coro, y una sala de orquesta con mil butacas. Todos estos cambios se dan la mano con la compra del teatro de la Universidad de Chile, que hasta ahora arrendábamos, y todo será en un tramo donde están las facultades de Derecho, Arquitectura, Economía, así que con esto la Plaza Italia se vuelve muy azul y se cambiará la cara del lugar, que se volverá un polo cultural y artístico.

¿Qué cosas le quedan pendientes u objetivos en carpeta para un eventual segundo período?

Todas estas cosas están recién empezando. Desde luego, me hubiera gustado haber avanzado mucho más en Carén de lo que se pudo, por lo tanto hay que llevar a la práctica todo lo que está en camino. Poder resolver las desigualdades entre las facultades. Cada una de las unidades académicas se las tenía que arreglar por su propia cuenta, lo que generó desigualdad, y eso es un tema que nos preocupa, como la Facultad de Artes que está en una situación precaria, y eso se tiene que mejorar. Lo que se ha hecho es empezar a abrir una cantidad de oportunidades enorme, y creo que estos cuatro años van a ser recordados en la historia como los más importantes de un punto de quiebre dentro de la historia de las universidades.

¿Cómo evalúa la competencia que tiene con los otros nombres que suenan como posibles candidatos al cargo?

Es complejo, porque yo tengo que seguir siendo rector y por lo tanto eso complica mucho, porque comienza a confundirse mucho entre el rol de candidato y rector, y trato de evitarlo.

¿Cómo se lleva la mezcla entre el candidato y el rector?

Lo que yo sé es que mis acciones no pueden estar determinadas en función de los cálculos que uno pueda hacer. Tengo que seguir siendo rector, y mientras lo sea la gente juzgará si quiere que yo lo siga siendo o no.

Reforma educacional

¿Cuáles son las cosas que usted más valora en toda la gestión de la reforma educacional?

Por lejos, el reconocimiento a las universidades estatales. Ahora quedó explícito que no son como las demás, tiene roles específicos y eso implica más ventajas o privilegios. El Estado no le puede decir a una universidad privada que tenga más alumnos o que se enfoque en ciertos temas, pero a una estatal sí se le puede exigir. Tiene todo el derecho de pedirle que solucione problemas a nivel país, y ahora quedan resguardas las universidades estatales.

¿Cree que existe algo negativo de la reforma educacional o algún tema que se tenga que resolver en un futuro gobierno?

Va a quedar todo el reglamento para revisar y van a existir muchas cosas que ver de ahora en adelante. Desde luego que este es el comienzo, lo que se ha hecho aquí es clave. Más que perfeccionar la reforma, hay que implementarla, hay temas que conversar. Más que seguir, son puertas que se abren y se hace camino al andar. Ahora estamos al comienzo del camino y se debe empezar a recorrer.

Uno de los puntos más altos de la semana para usted fue la aprobación del proyecto de Ues. estatales, pero hubo un sector que no estuvo de acuerdo del todo, como los rectores de las universidades del G9 (privadas del Consejo de Rectores). ¿Qué le parecen las críticas por más dinero para las estatales en el plan de fortalecimiento?

Eso es alegar porque el otro corrió más fuerte. ¡Obvio que tengo que defender a las estatales! Ellos cometieron el error garrafal de ser confrontacionales con nosotros. Los rectores de las estatales nunca nos pusimos en una condición así. Lo que dijimos es que el Estado se tiene que hacer responsable de sus universidades, nunca dijimos "sáquenles la plata a ellos para darnos a nosotros". Hemos tenido el mayor respeto por las demás instituciones, al punto que si ellos quieren llamarse públicos, nunca hemos reclamado por eso.

¿Se les debería dar más fondos?

Es un problema entre ellos y el Estado. Nosotros nunca hemos estado en contra desde ningún punto de vista, ni por sacar la plata. Hemos estado siempre porque vuelva a haber un trato con el Estado.

Otro de los proyectos de ley que tenía a muchas personas contentas es el de Educación Superior. ¿Usted está de acuerdo con esa postura positiva?

Sí. O sea, creo que para la educación superior es muy importante que se consagre la gratuidad, y de alguna manera que haya un mínimo de respeto por los jóvenes y familias chilenas, tal que el Estado asuma un rol de verdad en garantizar calidad mínima.

¿Se asegura la calidad con esto?

De nuevo se hace camino al andar , y vamos a ver qué es lo que pasa en la vida real. Es sabido que han habido muchos cuestionamientos a como se ha manejado en las últimas décadas el tema de acreditación. Hay muchas sombras de dudas y vamos a ver cómo funciona esto, porque nada lo garantiza. Pero es un avance importante, y hay también otras que no se lograron.

¿Como cuáles? ¿Se refiere al sistema de acceso a las universidades? ¿Le gustó como quedó?

No, yo hubiera preferido que hubiera quedado un sistema único. Esto es hasta peligroso, porque genera guetos. Una cosa importante de la educación es contravenir la segregación, y por lo tanto todas esas cosas a lo que apuntan es a santificar la segregación social, y no estoy de acuerdo con ello.

¿Cómo debería haber quedado?

Como se dijo siempre: que haya un sistema de acceso que tenga que cumplir con ciertas normativas, y que sea para todos iguales.

Nuevo ministro de Educación

¿Cuál es su impresión del nuevo ministro de Educación, Gerardo Varela?

Primero decir que es ex alumno de la Universidad de Chile, lo que es un punto, porque supongo que conoce la institución. Tengo el mayor interés en conversar con él y ningún prejuicio. Es más, a fines de marzo estará acá cuando tengamos la reunión del Cruch. Yo feliz de conversar con él, esta es la universidad del Estado de Chile, así que tendremos que trabajar para intercambiar ideas.

Según lo que se ha podido conocer del pensamiento del nuevo ministro, tiene un postura dispar a la suya en relación con la educación superior. ¿Cómo piensa aunar pensamientos?

Ahora él es ministro, no es una persona que opina como cualquier otra, sino que ahora lo dice como el ministro de Educación del país, y eso es válido para cualquier cargo relevante. Y además él es ministro de un presidente, y por lo tanto lo que él implemente es lo que piense el mandatario electo. Esta es una universidad del Estado, por eso tenemos que trabajar con el gobierno que haya sido elegido por Chile, y con eso lo incluye a él. Lo que haya pasado antes, como en sus columnas, es parte de su rol como ciudadano. Lo importante es de ahora en adelante.