Corría el minuto 78 del duelo de anoche entre Argentina y Chile y el juez Ricci cobra un tiro libre peligrosísimo en favor de la Roja justo al borde del área transandina.
Como toda la noche, Alexis Sánchez tomó la pelota y se dispuso a patear. A vista de esta situación, Claudio Bravo salió disparado hasta muy cerca del área rival. La misión no era otra que encomendarle a Gary Medel que avisara que la falta debía ejecutarla Charles Aránguiz.
Pasa que era una de las últimas chanches de igualar un partido que estaba totalmente a la mano. Y quizás por esa razón la molestia del capitán al ver que hicieron caso omiso a sus órdenes y que encima la pelota pateada por Sánchez se fue a las nubes.
El arquero del Manchester City se molestó muchísimo y en la misma cancha se alcanzaron a escuchar varios improperios dirigidos al cielo tras la acción que quiźas, si es que seguían sus instrucciones, pudo haber cambiado el partido. Eso nunca se sabrá.