Poco antes del mediodía, Marco Enríquez-Ominami dejó de contestar llamados, conectó su notebook a internet y junto a tres de sus más cercanos colaboradores se encerró en una de las oficinas de su comando para seguir la transmisión en directo de los resultados de la encuesta CEP. El silencio sólo se veía perturbado por los aplausos que, a ratos, se escuchaban desde otras salas del edificio.

"Este es un crecimiento explosivo, pero somos cautos, aún queda mucho, 18% no es lo mismo que 25% ni la mitad más uno de los votos", diría el candidato tres horas después, durante una actividad de campaña en Patronato. En su comando, a su vez, daban una percepción de triunfo, como ocurrió cuando Carlos Ominami, Max Marambio y Alvaro Escobar destaparon una botella de champaña.

Para entonces, Enríquez y su equipo ya habían analizado en detalle los números entregados por el CEP. Había motivos para festejar. El candidato fue el único que subió en adhesión (desde un 13% a un 17%) y acortó su distancia con Eduardo Frei (de 17 a 11 puntos). Además, en el ranking político fue el mejor evaluado de todos los abanderados (47%) y, en su primera medición de atributos, debutó como el postulante más "sincero" (40%) y "simpático" (56%).

Pero en conversaciones telefónicas, Enríquez abordó parte de sus preocupaciones. Una de ellas apunta a que el 6% de los encuestados cree que él llegará a ser el próximo Presidente, lo que contrasta con el 49% de Sebastián Piñera y el 33% de Eduardo Frei.

A ese factor, dice un cercano, se suma la interrogante sobre su opción de seguir subiendo en los sondeos. "En la CEP de junio, sólo el 84% de la población lo conocía y tenía potencial de crecimiento. Ahora, lo conoce el 92% y el problema es que se le acaba la cancha", dice uno de sus consejeros.

Otros personeros del comando estiman que sí tiene potencial de crecimiento. Para consolidar su alza, añaden, se reforzarán sus equipos, el trabajo en regiones (ciudades de más de 20 mil habitantes y zonas del sur, entre otras) y aumentará la difusión de su programa de gobierno. La idea es proyectar una imagen de "gobernabilidad" y mejorar algunos índices que arrojó el CEP, como el 8% que le dio a Enríquez, al consultarse por el candidato más confiable para resolver la crisis económica. Piñera obtuvo el 43% y Frei el 26%, en ese mismo ítem.

El dar mayor "gobernabilidad" ha sido un tema recurrente en el comando. En el comité político del 24 de agosto, dice un asistente, se evaluó la necesidad de aglutinar a los movimientos que lo apoyan en una fuerza progresista para dar "espalda" política a su candidatura. En esa línea, el próximo fin de semana esas agrupaciones lo proclamarán en el ex Congreso.