En Chile, el promedio anual de muertes por accidentes en minería es de 35 al año. Esta cifra la conocen muy bien los primos Mario Jara (a la izquierda) y Rodrigo Calle, quienes nacieron y se criaron en el campamento minero de Chuquicamata.

Siendo niños, la muerte del padre de un conocido, durante la faena minera, les quedó grabada y años más tarde se transformó en el eje de su emprendimiento.

Rodrigo se fue a Valparaíso para estudiar Ingeniería Civil Mecánica. Mario optó por Antofagasta, donde estudió Ingeniería en Minas. Allí, un profesor lo invitó a un club de emprendimiento, experiencia que lo llevó a crear su primera empresa, que buscaba conectar a las compañías mineras con proveedores de alimentación para cenas o eventos.

Mario quedó seleccionado para representar a la región en la final de innovación digital sub 35 el 2011, evento que se realizó en Santiago. Ahí, dice, "se me abrieron los ojos. Tuve la posibilidad de asistir a talleres, conocí el capital de riesgo y muchas otras características del ecosistema de emprendimiento e innovación".

Rodrigo siguió el camino del trabajo convencional. Se tituló y llegó a ser gerente latinoamericano de mantenimiento y operaciones para centrales de energía, por lo que viajaba mucho a Antofagasta. En uno de esos viajes, Mario le planteó la idea de hacer negocios juntos y así crearon Soluciones en Minería y Energía. El resultado fue malo, pero no se desanimaron. Reenfocaron las ideas y optaron por la representación de pequeñas empresas. Pero tampoco funcionó.

Tomando como base la experiencia del padre de Rodrigo, que durante 20 años estuvo a cargo del Comité de Gerencia de Seguridad de Codelco Norte, decidieron ofrecer cursos de investigación de accidentes. Otra vez no hubo éxito. "Un gerente de seguridad de una compañía nos dijo: 'Ustedes nos están trayendo más de lo mismo. Pensé que me traían algo relacionado con tecnología'. Ese gerente les planteó que en su faena tenía cerca de 3.000 trabajadores, con familias fuera de la zona, que necesitaban comunicarse en caso de que ocurriera algún accidente o desastre natural.

Luego de algunas vueltas al tema, nació Zyght, una red social corporativa privada que permite a los trabajadores mineros reportar cualquier situación insegura que vean en el trabajo. Se instala en teléfonos inteligentes, computadores y tablets. Cualquier trabajador puede tomar una fotografía a la condición insegura, completar un reporte y al momento de publicarlo, se geolocaliza satelitalmente y avisa a toda la red del peligro en tiempo real.

Con esa idea, ganaron un concurso internacional de innovación y accedieron a un financiamiento de US$ 120.000, administrado por Fundación Chile, lo que implicó quedarse a vivir en Santiago. Probaron la idea en un programa de mejoramiento ambiental en Ventanas y demostraron que funcionaba. Contaron con el apoyo y mentoría del inversionista Roberto Musso, a lo que se sumó en diciembre de 2013 un aporte de capital por US$ 650.000 de Inversur Capital, fondo de riesgo focalizado en emprendedores tecnológicos.

Todo este recorrido los llevó a firmar en marzo con Barrick Zaldívar y están en vías de cerrar otros negocios. Dentro del año esperan expandirse al rubro de la celulosa y lograr una facturación superior al millón de dólares. Además, Zyght estuvo nominado como finalista en el premio nacional de innovación Avonni en la categoría Minería y Metalurgia.

Una parte del negocio que les costó fue adaptarse al ciclo, dice Mario Jara. "Los ciclos de venta en la minería son muy largos, nos estamos demorando siete meses entre que contactamos y concretamos el negocio. Pienso que esto debería destrabarse para impulsar la innovación y el emprendimiento en minería".