Las conversaciones de paz entre Ucrania y los insurgentes prorrusos previstas el martes se postergaron, pero el alto el fuego parecía ser globalmente respetado a lo largo de la línea de frente en el este del país.
El presidente Ucraniano Petro Poroshenko afirmó el martes que el alto el fuego parecía resistir después de que Kiev declaró "un día de silencio" en la guerra con los separatistas.
"Hace una hora y media, nosotros declaramos una nueva tregua", dijo Poroshenko durante un discurso público en Singapur.
"No tenemos un solo disparo, no tenemos ni un solo soldado muerto", agregó.
El ministerio de Relaciones ucraniano dijo que las negociaciones con los insurgentes, con participación de emisarios rusos y europeos en Minsk, la capital de Bielorrusia, se habían postergado y probablemente no tendrían lugar hasta el viernes.
"Hoy no pasará nada. Las consultas continúan", declaró a la AFP un portavoz de la cancillería.
Sobre el terreno, periodistas de la AFP dijeron que los combates en la ciudad de Donetsk, controlada por los insurgentes, se detuvieron abruptamente en la madrugada después de una noche de tiroteos de artillería, y que desde entonces sólo se había escuchado la explosión de un proyectil.
"Por iniciativa del presidente ucraniano Petro Poroshenko, un régimen de alto el fuego ha sido aplicado en todas las posiciones de las fuerzas" gubernamentales, indicó un comunicado en la cuenta Facebook del ejército ucraniano el martes.
Un combatiente rebelde ubicado cerca del disputado aeropuerto de Donetsk dijo que la situación era "tranquila por el momento".
Sin embargo, sus colegas se mostraron escépticos sobre las probabilidades a largo plazo.
Poco antes, los comandantes guerrilleros habían dicho que no estarían listos para llevar a cabo conversaciones de paz hasta fines de la semana.
"Nosotros participaremos en las negociaciones", dijo a la AFP por teléfono el líder separatista de Donetsk Denis Pushilin.
"Pero para que sean más exitosas, deben tener lugar el viernes", agregó.
Los dirigentes ucranianos prooccidentales necesitan por su parte que haya tranquilidad en el este para poder concentrarse en las reformas económicas, largo tiempo postergadas, destinadas a sacar al país de la bancarrota y abrir el camino a la llegada de más ayuda internacional.
Un equipo del Fondo Monetario Internacional llegará a Kiev este martes para evaluar la aplicación de las medidas de austeridad, profundamente impopulares, que exigió el FMI a cambio de 17.000 millones de dólares de ayuda de emergencia.
UN "DÍA DE SILENCIO"
El "día de silencio" este martes en la zona de guerra debe ser seguido por la retirada de armas pesadas de la línea de frente, si los separatistas también retiran su armamento.
Mientras los observadores esperaban para constatar que el alto el fuego es respetado, los combates continuaron hasta el último momento.
El lunes, las autoridades locales señalaron la muerte de por lo menos 12 civiles durante un sangriento fin de semana en el cual las fuerzas gubernamentales y las milicias organizadas protagonizaron un duelo de cohetes Grad a través del devastado este industrial.
Dos civiles murieron y diez sufrieron heridas debido a los tiroteos en zonas de Ucrania en la madrugada del martes.
Los últimos esfuerzos de paz tienen lugar después de un nivel sin precedentes de críticas al presidente ruso Vladimir Putin procedentes de Alemania.
La canciller alemana Angela Merkel -que durante largo tiempo fue una de las voces más moderadas de Europa sobre las cuestiones rusas- adjudicó la responsabilidad de este conflicto a un Kremlin cada vez más aislado que intenta desestabilizar el este del continente europeo e impedir que los países de la región se acerquen más a la Unión Europea.
Merkel también defendió las sanciones decididas por Bruselas y Estados Unidos contra Rusia por sus presuntos intentos de dividir a Ucrania, un país que otrora perteneció a la Unión Soviética, en represalia por la destitución en febrero de un presidente ucraniano respaldado por Moscú.