La ley que endurece las penas por conducir ebrio, cuando hay menores al interior del vehículo, entró hoy en vigor en el estado de Nueva York, donde a partir de ahora conducir bajo la influencia del alcohol o drogado con un menor de 16 años podría suponer un castigo de hasta cuatro años de cárcel y hasta de 25 años en caso de muerte.
La nueva ley fue presentada en agosto por el gobernador del estado de Nueva York, el demócrata David A. Paterson, tras el trágico accidente ocurrido en el condado de Weschester, situado al norte de la ciudad de Nueva York, y en el que murieron cuatro niños.
La conductora de un vehículo chocó al ir en el carril equivocado contra un auto deportivo y un tercer vehículo. La mujer, de 36 años, murió en el choque junto con tres sobrinas, de ocho, siete y cinco años, y su hija de dos años. El otro hijo, de cinco años, sobrevivió.
También murieron los tres ocupantes del deportivo.
Tras el accidente, la policía dijo que la tasa de alcohol de la mujer era el doble del nivel permitido y que había fumado marihuana.
Hasta hoy, el conducir bajo los efectos del alcohol o drogas con menores de 16 años era considerado un delito menor en el estado de Nueva York.
Según datos oficiales, en 2007 hubo en el estado neoyorquino 9.480 accidentes de coche relacionados con conductores bebidos o que habían tomado drogas, con el resultado de 344 muertes. Unos 200 menores de 14 años resultaron muertos o heridos.
Según la nueva ley, el fallecimiento de un pasajero de 16 años podría acarraer al conductor, en caso de que esté bajo los efectos del alcohol o drogas, una pena de prisión entre cinco y 25 años. Si el menor queda herido de manera grave la pena sería entre tres y medio y 15 años.
Si el menor no resulta herido o muerto, la pena podría ser hasta de cuatro años de cárcel.