Al intentar enumerar la cantidad de países por los que ha pasado, Bernard Charreyre (67) pierde la cuenta. Irlanda, Bélgica, Madagascar, Rumania (a la que llevó a su primer Mundial), Sudáfrica, Argentina o Estados Unidos, son algunas de los sitios en donde quiso aportar con el desarrollo del rugby. No es cualquiera. Durante 20 años estuvo a cargo de puestos estratégicos en la federación francesa y ahora ha recalado en Chile.
¿Qué tan abordable está el Seis Naciones para Chile?
Eso es algo que voy a descubrir ahora. Hay equipos que son demasiado fuertes para nosotros, pero son los que te ayudan a progresar. Lo importante es saber quiénes somos y hacia dónde vamos.
¿Cómo es el jugador de acá?
Muy aguerrido, valiente. Tiene entusiasmo y ganas. Ocupa los espacios y mueve el balón, pero juega individual. Éste es un deporte colectivo y aquí no puede haber estrellas, eso es lo que debemos mejorar. Hay talento, pero eso no sirve si no se ocupa en equipo.
¿Cuál es su proyecto?
De largo plazo. Si queremos llevar al rugby chileno a lo más alto debemos, por lo menos, pensar en 10 años. Se debe tomar y educar a los niños, enseñarles a pensar, hacerles entender cómo es este deporte, para que luego sean rugbistas de primer nivel.
¿Diez años demora formar un jugador de rugby?
Alrededor de 10 años. Lo tomas a los 10 y ya a los 20 está formado. Pero debe trabajar duro, con físico, técnica, estrategia y sobre todo lo sicológico. Porque hay jugadores que tienen mucha potencia física, pero nada en la cabeza.
¿Qué estilo pretende implementar en el rugby chileno?
No quiero implementar uno.
¿Cómo?
Es Chile el que debe encontrar su propio estilo. Mirar las cualidades de su juego, de sus jugadores y en base a eso trabajar para construir un estilo propio. Soy un convencido de que la importación de estrategias y métodos distintos no aporta mucho, porque la forma de vivir y entender el rugby en otras partes del mundo es totalmente distinta. Lo mejor es trabajar para un estilo propio, sin entrenamientos sacados de Youtube o estilos traídos de otros lugares.
El fútbol, que es colectivo igual, acá creció por Bielsa y Sampaoli, argentinos...
El fútbol es otro deporte. No se necesita pensar mucho, basta con una buena técnica para jugarlo bien. El rugby es distinto, necesita inteligencia y trabajo de equipo. No sé cómo es el fútbol acá, pero si se juega tanto, ¿cómo no tiene buenos entrenadores? Las ideas de afuera sirven, pero no son útiles sin estar relacionadas con la realidad del país. Puedes traer al entrenador de los All Blacks, que Chile no será campeón del mundo por eso.
¿Es tan amateur la liga chilena?
Sí, mucho. Para competir en el alto nivel del rugby a quince está claro que los jugadores deben competir en ligas profesionales. Para llegar a eso, lo importante es ir poniendo las bases, formar entrenadores y jugadores. Generar la estructura necesaria para llegar.
¿Pasos a seguir?
Lo primero es la formación de jugadores y entrenadores. Hay que crear centros de formación en el país, para desarrollar el talento que existe en las provincias. Debe haber un trabajo personal, que consiste en el tema técnico, físico y táctico, para que cuando los seleccionados lleguen a reunirse se trabaje sólo en la organización y la estrategia. No podemos hacer formación y escuela de rugby dentro de la Selección, pero veo que aquí no hay escuelas.
¿Los chilenos aprenden rugby tardíamente?
Por ejemplo, los liceos ingleses juegan sólo tres meses al rugby, después no hay nada más. No critico eso, pero así no se puede formar un jugador. La formación y dedicación debería partir en los liceos y continuar en los clubes y, posteriormente, en los centros de formación regional.
Lo que usted dice suena bien ¿Qué tan viable es para la Federación?
Ya veremos. La Federación ahora está pasando por un momento difícil, pero hay gente que está trabajando para cambiar todo eso, de a poco.
Han pasado muchos head coaches por Chile, tres en los últimos dos años, todos con una idea similar. Ninguno logró desarrollarla.
No puedo hablar de procesos anteriores, no sé mucho. Lo importante no son las personas, es el proyecto. Cuando llegué no había muchos proyectos y eso está mal.
¿El rugby en Chile está muy centralizado?
Sí. Porque no hay estructura de desarrollo, ni cómo se vive ni cómo se juega. Chile tiene de todo para desarrollar el rugby, pero se debe trabajar y estructurar, no hay otra alternativa. Y quien la traiga es un mentiroso.