Liverpool de Montevideo llevaba solo tres empates y cuatro derrotas en las primeras siete fechas del campeonato uruguayo. Una cifra que es sinónimo de despido para cualquier entrenador. Justo, Mario Saralegui, había acordado que iba a seguir en su cargo de cara al choque contra Nacional. El enemigo de toda su vida.

Saralegui, identificado por siempre con Peñarol, el club de toda su vida, como una forma de calentar el choque tuiteó algo inesperado hacia los fanáticos del Bolso.

Inmediatamente, Saralegui fue despedido. En Uruguay aseguran que solo seguía en su cargo porque su despido era muy caro. Pero su provocación no dio para más.