Esta semana activistas prodemocráticos de Hong Kong se cortaron el pelo al rape como protesta por el incremento del control político de Beijing en la antigua colonia británica. Ello, luego de que el Comité Permanente de la Asamblea Popular (Parlamento) anunciara que el futuro jefe del Ejecutivo de esta región administrativa especial de China será elegido por sufragio universal desde 2017, como estaba previsto, pero sólo entre "dos o tres candidatos" seleccionados por un comité "ampliamente representativo" del territorio, que hasta ahora estaba compuesto por 1.200 personas en su mayoría afines a la línea política del Partido Comunista de China (PCCh). Entre los manifestantes rapados figuraban tres fundadores del principal movimiento prodemocracia, Occupy Central. En entrevista con La Tercera, uno de ellos, el profesor de Derecho de la Universidad de Hong Kong, Benny Tai Yiu-ting, detalla la estrategia de desobediencia civil con la que buscan presionar a las autoridades del gigante asiático.

¿Cuál fue su reacción cuando se enteró de la decisión de Beijing de limitar las reformas al voto? ¿Realmente esperaba que China permitiera el sufragio universal en 2017?

La decisión del Comité Permanente es lo que predijimos sería la decisión de Beijing a principios de 2013. Esa es la razón por la que necesitamos organizar un movimiento de desobediencia civil, con la esperanza de que Beijing pudiera reconsiderar su posición.

"Este es el fin de cualquier diálogo. En las próximas semanas, Occupy Central comenzará ola tras ola de acciones", afirmó usted. Tras ese llamado, los estudiantes fueron los primeros en responder, anunciando un boicot de clases para la semana que comienza el 22 de septiembre. ¿Le preocupa que algunas personas puedan adoptar un enfoque más agresivo, pese a su llamado a la no violencia?

Nosotros confiamos en que la gente de Hong Kong pueda mantener el espíritu no violento.

La campaña de desobediencia civil lanzada por Occupy Central en los últimos meses, en reclamo de democracia plena, ha incluido un referéndum no oficial, marchas y sentadas. Sin embargo, usted ha dicho que "hasta este momento, hemos fallado", y que el grupo no será capaz de cambiar la nueva "realidad política". ¿Qué es lo que espera lograr entonces con las protestas anunciadas para octubre?

No podemos lograr nuestro objetivo, es decir, sufragio universal directo, con nuestra acción previa (haciendo una amenaza de organizar una acción de desobediencia civil). Esto es claro. Sin embargo, en el pasado también hemos organizado muchas acciones como reuniones deliberativas y referéndum civil y hemos despertado con éxito la preocupación de la gente de Hong Kong. La acción que viene tiene dos objetivos en la consecución de nuestro objetivo final. En primer lugar, podemos generar más presión política. En segundo lugar, podemos involucrar a más personas en este proceso de lucha por la democracia en Hong Kong.

En los últimos días, los gobiernos occidentales han hablado en defensa de los activistas prodemocracia de Hong Kong. Sin embargo, estos últimos dudan de que Estados Unidos o Reino Unido puedan hacer una gran diferencia. "No tengo muchas esperanzas en estos dos gobiernos en particular", dijo Albert Ho, un legislador prodemocracia que forma parte de Occupy Central. ¿Qué reacción espera usted de los gobiernos occidentales?

Nosotros queremos mantener el movimiento como un movimiento local por la democracia. Tenemos que confiar más en el esfuerzo de la gente de Hong Kong. Ciertamente damos la bienvenida a la preocupación de la comunidad internacional, pero todavía tenemos que confiar más en el esfuerzo de la gente de Hong Kong.

¿Cuál cree que es el verdadero temor de Beijing? ¿Qué los habitantes de China continental también pidan democracia?

Beijing hasta este punto no puede renunciar a su mentalidad de control. Si la gente de Hong Kong es tan pragmática, no creo que nuestra acción pueda provocar que más personas en China pidan democracia.

¿Cómo ve a Hong Kong en 2017?

En 2017 Hong Kong todavía estará en un estado de conflicto.