La opinión pública en Estados Unidos está profundamente dividida sobre la perspectiva del envío adicional de decenas de miles de soldados a Afganistán, según refleja una encuesta publicada hoy en el diario "Washington Post" y la emisora de televisión ABC.
Las demandas del comandante en jefe de las tropas estadounidenses y de las de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el general Stanley McChrystal, de enviar a otros 40.000 efectivos norteamericanos a Afganistán cuenta con el apoyo de un 47 por ciento de los encuestados frente a un 49 por ciento que se opone.
Al mismo tiempo, una gran mayoría comparte la opinión de que el gobierno del presidente Barack Obama carece de un plan concreto para hacer frente a los problemas en el país asiático.
De acuerdo con el sondeo, ya sólo un 45 por ciento de los encuestados aprueban la forma en que Obama aborda la situación en Afganistán, cuando hace un mes eran un 55 por ciento.
Además, ha aumentado notablemente el número de estadounidenses que opina que Estados Unidos se verá abocado en Afganistán a un desastre similar al de la guerra de Vietnam en la década de los 60 y 70. Esta posibilidad la contempla ya un 35 por ciento de los consultados, frente al 18 por ciento del mes de marzo.
Obama tiene intención de tomar una decisión a finales de octubre sobre el contingente en ese país, señalaron medios estadounidenses. Antes quiere intercambiar exhaustivamente puntos de vista con el secretario de Defensa, Robert Gates, altos cargos militares y con sus más estrechos consejeros en materia de seguridad.
Obama había recalcado reiteradas veces que primero hay que acordar cuál es la estrategia más adecuada, sólo después se abordaría el número de efectivos. Por lo visto, ni aspira a "duplicar" las tropas ni a una "reducción considerable".
Ocho años después del comienzo de la guerra en Afganistán, Estados Unidos tiene desplegados en ese país unos 60.000 soldados. Además están estacionados en la región otros 35.000 soldados de la OTAN procedentes de otros países.
En primavera Obama había enviado ya tropas adicionales al país, aun así los combatientes radicales islamistas talibanes avanzan. Cada vez más soldados norteamericanos pierden la vida en enfrentamientos con la insurgencia.