El aplastante triunfo de Mitt Romney en Florida, sobre su rival más cercano, Newt Gingrich fue minimizado por el equipo de campaña del Presidente de EEUU, Barack Obama, advirtiendo que la victoria del republicano fue conseguida en base a una campaña agresiva que podría costarle el voto de electores de centro con miras a las elecciones de noviembre.
La victoria en Florida permitió al multimillonario Romney borrar la humillante derrota que sufrió a manos de Gingrich en Carolina del Sur y recuperar su posición de claro favorito para disputar la Casa Blanca el 6 de noviembre próximo.
El comité de campaña del Presidente demócrata es consciente del hecho de que un moderado como Romney será más difícil de derrotar que Gingrich, cuyo carácter desbocado ofrece muchos más argumentos para el ataque. Pero aseguran que la victoria de Romney le costó caro.
"El y sus aliados tuvieron que gastar más de 15 millones de dólares, cinco veces más que lo que gastó la campaña de Gingrich", afirmó la subdirectora de campaña del Partido Demócrata, Stephanie Cutter.
"Por otra parte, y aún son más malas noticias para Romney, su campaña negativa sin precedentes y de extrema derecha en Florida continuó alejándolo de los votantes de centro que necesitará en noviembre", agregó Cutter en un comunicado.
Estos centristas, cuyo apoyo se anticipa como decisivo en la elección presidencial como lo fue para la victoria de Obama en 2008, deberían estar asustados, según Cutter, por "una campaña donde más de nueve de cada diez anuncios de televisión fueron negativos, lo que la convirtió, por lejos, en la campaña más negativa en la historia de Florida".
Cutter hizo mención de una encuesta publicada el 24 de enero por The Washington Post en colaboración con la cadena ABC, según la cual solo 23% de los electores independientes tiene una opinión favorable de Romney, contra 51% que tiene una desfavorable.
La ofensiva demócrata responde a una reorientación del discurso de Romney, quien tras no haberse ahorrado crudos ataques contra su rival Gingrich en Florida, dedicó la mayor parte de su discurso de la victoria la noche del martes a la, según él, desastrosa gestión de Obama.
En un guiño al electorado centrista, Romney dijo hoy a CNN que su propuesta estaba "dirigida a los estadounidenses de ingresos medios" más que a los pobres, tratando de seguir la senda de Obama, que ha construido su campaña de reelección erigiéndose en el defensor de la clase media.
Romney, ex dueño de una empresa de inversiones de riesgo y de quien se dice que dispone de una fortuna de 250 millones de dólares, se vio en dificultades respecto a su situación fiscal justo antes de las primarias en Florida, con la divulgación de información sobre cuentas en Suiza y en paraísos fiscales.
Hoy mencionó entre sus preocupaciones "los jubilados que dependen del sistema público de pensiones, los que no pueden encontrar trabajo, las personas cuyos niños se preparan para ir a la universidad".
"Estas son las personas que más han sufrido durante los años de Obama", sostuvo, apuntando ya a las próximas primarias en Nevada (oeste), un estado muy afectado por la crisis de la vivienda y donde el próximo sábado se llevará a cabo la quinta consulta para la designación del candidato republicano.