Al ruso Viktor Vasin le bastó medir 1.92 metros para ganarle a la tibia marca del Tucu Hernández y empatar el partido. Fue la firma del empate entre Chile y Rusia, el viernes. Aunque el tucumano hubiese estado más atento, la misión de ganar esa pelota era complicada, pues mide siete centímetros menos que su rival. Y, en ese momento, era el jugador más alto que tenía la Roja.
Lo cierto es que dicha jugada reabrió un viejo debate: los problemas de estatura de los seleccionados nacionales. Juan Antonio Pizzi, en tanto, es consciente del problema, pero no se alarma al respecto.
"Es una realidad. La característica física de nuestros jugadores no es la altura. A pesar de eso, la evaluación del juego aéreo nos deja satisfechos. Hoy había alguna diferencia con el equipo rival. Nos metieron el gol de falta. Siempre creemos que tenemos que trabajar más. No le vamos a dar más importancia ahora. Siempre le dimos la máxima importancia al juego aéreo", sostuvo el entrenador argentino tras el partido en Moscú.
Para esta Copa Confederaciones la importancia que dice darle al juego aéreo deberá seguir. Y es que Chile es el plantel con el promedio de estatura más bajo del campeonato, con 1,76 metros (ver infografía).
Un dato aún más preocupante es que el promedio de altura de la defensa que se avista como titular (Isla, Medel, Jara y Beausejour) es de 1,75 metros, más bajo, incluso, que el general del plantel. Recién cuando los 1.84 metros de Claudio Bravo se agregan a la medición, el índice de la zaga nacional sube a 1,77. Aún con el arquero del Manchester City, el fondo criollo es más bajo que todos los planteles de la cita rusa.
De hecho, los tres rivales de Chile en el Grupo B (Alemania, Australia y Camerún) superan el metro ochenta en sus promedios de estatura.
En el Mundial de Brasil en 2014, Chile también era el plantel más bajo de su grupo. En dicho campeonato jugó contra España, Holanda y Australia. Justamente contra los Socceroos, a los nacionales les penó la diferencia de altura. Cahill se impuso a Gary Medel para poner el 2-1 transitorio (terminó 3-1 a favor de Chile). Después, en el último partido de la primera fase, frente a Holanda (0-2), el equipo de Sampaoli volvió a sufrir por arriba: los naranjos abrieron la cuenta con un cabezazo de Fer.
Y en octavos de final reapareció el fantasma. Brasil se puso en ventaja gracias a dos cabezazos en el área tras un córner. De la misma manera que Rusia logró empatar el viernes.
En la Copa América de 2015, Chile también fue el equipo más bajo del torneo. Pero se manejó de mejor forma. Sólo sufrió frente a México (3-3). El primer gol azteca se generó por un pelotazo aéreo a las espaldas de la zaga. El segundo, en tanto, con la fórmula que sigue complicando a La Roja: córner y cabezazo.
Al año siguiente, en la Copa América Centenario, Chile volvió a contar con el rótulo del más bajo (1,77). Pero, esa vez, no sufrió tanto. Sólo un gol de cabeza en contra: el segundo descuento de Panamá en la victoria por 4-2.
Pese a los antecedentes, Pizzi es optimista con respecto al futuro de esta problemática. "Este último tiempo se ha ido incorporando gente, porque han surgido jugadores de mayor estatura", sostuvo. Entre esos jugadores se encuentra Enzo Roco (1,92) el más alto de la delegación y cuyo nombre se hizo común en las citaciones con la llegada de Macanudo.
"El tamaño es una realidad. No podemos crecer diez centímetros sólo con el deseo", concluyó Pizzi. Chile ya aprendió a convivir con eso.