La inversión funcionaba de maravilla, pero algo salió mal en el camino. Innovaciones Forestales (IF), la empresa de Concepción donde el fondo de capital privado Equitas Chile ingresó en 2012, mostraba irregularidades en los estados financieros de 2015 y facturas que se daban por pagadas a un proveedor que eran cobradas por firmas de factoring.

Todo eso hizo que el fondo, donde hay aportantes chilenos y extranjeros, contratara al estudio Bofill Escobar para analizar la situación y pidiera la reorganización judicial de la empresa. Entre tanto, una investigación del Servicio de Impuestos Internos (SII) en contra de una de sus proveedoras por posible venta de madera robada encendió aún más las alarmas.

Uno de los negocios de IF es comprar madera a pequeños productores de la Región del Biobío y luego venderla a grandes compradores. En la misma zona, la firma Los Acacios es conocida por reunir a pequeños vendedores, por eso IF los subcontrató. El modelo consistía en cancelar por anticipado y así proveerlos de liquidez para pagar a los pequeños productores y cuando Los Acacios entregaba la madera, se emitía la factura.

Pero a fines del año pasado, diversas empresas de factoring empezaron a cobrar a IF facturas que Los Acacios les habían cedido por servicios prestados a IF por cerca de $ 2.000 millones, y ahí la sorpresa en Equitas fue mayúscula. Ellos estaban convencidos que esas facturas ya habían sido pagadas a través de la cuenta de anticipos que tenían. Y esa sigue siendo su postura.

En paralelo, el SII de Concepción inició sendas investigaciones por posibles irregularidades tributarias en empresas forestales locales que posiblemente compraron madera robada y malversaron el crédito por IVA. Aunque ni Los Acacios ni Innovaciones Forestales han sido querelladas, sí aparecen en la cadena de negocios. En agosto del año pasado, abogados del estudio de Bofill Escobar concurrieron a Concepción a mostrar la contabilidad y decir que tenían en orden los pagos a Los Acacios, y que al estar certificados internacionalmente, el robo de madera no era algo aceptable en la empresa. Hasta hoy, no existe una denuncia o caso tributario contra IF.

Pero donde sí trabajan los profesionales del estudio legal es revisando y rehaciendo la contabilidad y realizando peritajes forenses de información. En definitiva, quieren saber qué pasó y qué rol juegan ex ejecutivos y su ex socio local, Eduardo Ugarte, así como KPMG, la empresa que auditaba a la empresa y que no habría detectado las irregularidades en 2015.

Preliminarmente, el perjuicio podría fluctuar entre US$ 3 millones y US$ 6 millones por las diferencias contables. Consultados en KPMG, afirmaron que no entregaron el informe de auditoría de 2015 de IF, pero que en años anteriores sí fueron los auditores.

Durante este año, el estudio de Bofill Escobar entregará su informe al directorio de Equitas. Lo más probable, dicen conocedores, es que luego se materialicen querellas por estafa y demandas por responsabilidades civiles.