La erupción de un volcán en Japón sorprendió el sábado a numerosos senderistas y turistas, 31 de los cuales se encontraban este domingo "en estado de paro cardíaco", y se teme un número elevado de víctimas mortales.
"Nosotros tenemos confirmación de que 31 personas fueron encontradas en estado de paro cardíaco cerca de la cima", declaró a la AFP un portavoz de la policía de la prefectura de Nagano (centro).
Los socorristas hablan de "paro cardíaco" para designar a las víctimas que ya no presentan ningún signo vital. Las autoridades niponas utilizan habitualmente ese término a la espera de que los médicos certifiquen los decesos.
La policía japonesa confirmó hoy la muerte de 4 personas de las 31 rescatadas del volcán Ontake con paros cardiorrespiratorios, reportó la televisión pública Nhk.
El reporte fue difundido en base a los informes médicos, según los cuales las víctimas mortales son hombres que habían sido trasladados al valle tras el rescate.
Un primer grupo de cuatro personas en esta situación fue transportado el domingo por la tarde. Estas víctimas no recibieron ninguna atención particular, teniendo en cuenta que su estado era aparentemente desesperado. Sin embargo, su muerte no ha sido anunciada oficialmente.
"Los equipos de socorro suspendieron sus operaciones debido a la creciente concentración de azufre", explicó un responsable de la policía de la prefectura de Nagano.
Varias decenas de personas más sufrieron heridas, debido a las rocas, o se intoxicaron a causa de la inhalación de polvo. Los helicópteros de las fuerzas de autodefensa, enviadas al lugar el sábado por el gobierno, socorrieron a siete de ellas.
Una mujer fue dada por muerta el sábado al anochecer, pero los socorristas indicaron luego que su deceso no había sido confirmado.
El volcán Ontake, de 3.067 metros de altura y situado entre las prefecturas de Nagano y Gifu, se despertó bruscamente el sábado al mediodía, proyectando espesas nubes de humo, cenizas y piedras.
"Hubo un estruendo y el humo oscureció el cielo", explicó a la agencia Kyodo Shuichi Mukai, responsable de un albergue de montaña cerca de la cumbre.
Este episodio rarísimo, el primero importante en los 35 últimos años en el caso de este volcán, sorprendió a más de 300 senderistas y turistas en este comienzo de otoño (boreal) particularmente propicio para las caminatas.
Muchos de los visitantes huyeron, presa del pánico, cubriéndose la cabeza y el rostro para no asfixiarse, según los testimonios y videos de los aficionados.
Sin embargo, varias decenas de personas -entre 45 y 49, según las estimaciones de las autoridades locales- no lograron bajar y pasaron la noche en los refugios.
En total, 550 soldados, policías y bomberos participan en las operaciones de salvamento.
El vapor continuaba escapando el domingo de la cima del volcán, y existe el riesgo de que caigan cenizas en un radio de 4 km, advirtió la agencia meteorológica.
Los equipos socorristas japoneses suspendieron hoy las tareas en el volcán a raíz de la alta concentración de azufre en el aire.
El monte Ontake no se había despertado de forma tan fuerte desde 1979, cuando el volcán escupió más de 200.000 toneladas de cenizas, de acuerdo con los medios de comunicación locales.
Una erupción de menor magnitud tuvo lugar en 1991, y ese volcán fue responsable de varios sismos en 2007.