Acorralado por denuncias de supuesta corrupción, el Presidente Michel Temer cuenta hoy con apenas un 7% de popularidad, la peor valoración de un mandatario brasileño en los últimos 28 años. Un mal momento del que está sacando provecho su principal rival, el opositor Partido de los Trabajadores (PT), que a menos de un año de la destitución de Dilma Rousseff, ha logrado "resucitar" al alcanzar su mayor popularidad desde 2014.

Según la última encuesta de Datafolha, hoy el PT es el partido más popular de Brasil, con un 18% de las preferencias. En segundo lugar y a mucha distancia, aparecen empatados los oficialistas PMDB y PSDB, con apenas un 5%, respectivamente.

El peak de apoyo del PT se registró precisamente en el gobierno de Rousseff, en marzo de 2013, poco antes de las multitudinarias manifestaciones de junio de ese año contra su gobierno. La popularidad del entonces partido oficialista llegó a 29%. En diciembre de 2014, dos meses después de la reelección de la mandataria petista, el apoyo a la colectividad había bajado a 22%.

Se inició así la caída libre del PT en las encuestas, que en junio de 2015 vio descender su popularidad a la mitad (11%), quedando en empate técnico con el PSDB (9%). Aún cuando igual superaba en apoyo a sus adversarios, el PT vio descender su respaldo a apenas un 9% en diciembre pasado, cuatro meses después de la destitución de Rousseff por parte del Congreso.

¿Cómo se explica entonces que el PT lograra doblar su popularidad en sólo seis meses? Mauro Paulino, director general de Datafolha, lo explica así a La Tercera: "Con las más recientes denuncias que involucran a Temer y a Aécio Neves en escándalos de corrupción -especialmente la grabación hecha por el empresario Joesley Batista- está la impresión generalizada de que no sólo el PT y Lula están involucrados, sino todos los políticos. Esto diluye la responsabilidad del PT, aumenta la crisis de representatividad y lleva a parte del electorado sin alternativas en la izquierda a retornar hacia Lula".

"El miedo de perder derechos con las reformas laboral y previsional, defendidas por Temer y por el PSDB de Aécio también explican el actual liderazgo de Lula", agrega Paulino.

Para Lincoln Secco, historiador de la U. de Sao Paulo y autor del libro Historia del PT, la caída del apoyo al partido "fue coyuntural y se explica por la campaña por el impeachment que unió a cientos de miles de personas en las calles y tuvo gran apoyo mediático".

"Pero hay que hacer una salvedad", dice Secco. "Cuando el apoyo al PT cayó, también cayeron todos los partidos", recuerda. Asimismo, aclara que "aunque la intención de voto en Lula hubiera caído también, él nunca dejó de figurar como uno de los principales candidatos a la Presidencia".

En cuanto a la actual recuperación del PT, Secco afirma que "se explica por el gobierno de Temer, que tiene la mitad de la popularidad de Rousseff, cuando ella estaba en vísperas del impeachment".

Otro factor, agrega Secco, "es la persecución a Lula". "Al contrario de lo que se esperaba, eso lo convirtió en una especie de mártir y víctima, porque después de muchas investigaciones no encontraron pruebas contra él, sólo delaciones", concluyó.