El ministro de Justicia escocés defendió hoy su muy criticada decisión de dejar en libertad al autor del atentado de Lockerbie, en el que murieron 270 personas hace dos décadas, pero destacó que Libia rompió su promesa darle al convicto un recibimiento como héroe.

Por otro lado, Gran Bretaña canceló una visita sobre temas comerciales del príncipe Andrés a Libia debido a la controversia generada por la liberación del libio Abdel Baset al-Megrahi. La decisión del gobierno escocés de dejar en libertad al convicto forzó a los legisladores escoceses a acortar sus vacaciones una semana para debatir el tema.

Kenny MacAskill, secretario de Justicia escocés, dijo que el caluroso recibimiento de Libia a Al-Megrahi supuso romper con la promesa del país de asegurar un retorno discreto y mesurado.

MacAskill dijo al parlamento que lamenta profundamente que Al-Megrahi "fuera recibido de manera tan poco apropiada".

"No demostró ninguna compasión o sensibilidad a las familias de las 270 víctimas de Lockerbie", afirmó.

El gobierno del primer ministro Alex Salmond ha sido duramente criticado por el gobierno estadounidense y los familiares de las víctimas del atentado tras decidir la puesta en libertad del acusado de provocar la catástrofe. Al-Megrahi fue liberado la semana pasada por motivos humanitarios debido a que es un enfermo terminal de cáncer de próstata. El acusado del atentado fue recibido como un héroe nacional en Libia el jueves por la noche.

La decisión de dejar en libertad al libio ha generado amenazas de boicot comerciales a Escocia y críticas generalizadas al gobierno de Edinburgo.

En un emotivo debate el lunes, MacAskill dijo que su decisión "no estuvo basada en consideraciones políticas, económicas o diplomáticas".

El político insistió en que la decisión fue suya. "Me atengo a ella y viviré con las consecuencias", afirmó.

Otros legisladores dijeron que la liberación avergonzó a Escocia.

"La semana pasada el gobierno escocés tomó una decisión incorrecta, de un modo erróneo, con consecuencias equivocadas", dijo al parlamento el legislador Iain Gray.

La explosión en 1988 de una bomba escondida en el vuelo de Pan Am mató a las 259 personas del avión cuando éste volaba sobre Lockerbie, en Escocia, y a 11 personas más en tierra. Se trató del peor ataque terrorista que haya sufrido Gran Bretaña. Al-Megrahi es el único acusado del atentado.

En una carta, el director del FBI Robert Mueller dijo que la liberación del libio satisfará a los terroristas del mundo, mientras que Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, dijo que fue "obviamente una decisión política".