Escocia rechazó la independencia y seguirá en el Reino Unido, un resultado que causará alivio en Londres pero también en Madrid, según los resultados conocidos este viernes.
A falta de los resultados definitivos, los unionistas habían superado largamente los 1.852.828 votos que necesitaban para la victoria. Los nacionalistas escoceses admitieron su derrota.
"Habrá una mayoría de voto No", dijo Alex Salmond, primer ministro escocés y líder independentista. "Acepto el veredicto. Afronto las consecuencias del resultado", insistió.
El "Sí" a la independencia lo había encomendado todo a una amplia victoria en Glasgow pero el margen fue de 54,5% a 46,5%. La participación en la capital industrial fue del 75%, nueve puntos menos que la media (84%).
El primer ministro británico, David Cameron, señaló mediante su cuenta oficial de Twitter: "He hablado con Alistair Darling (jefe de la campaña del NO) y le he felicitado por la buena campaña".
Tal y como se esperaba, Edimburgo votó en contra de la independencia y Glasgow a favor, pero los independentistas necesitaban una diferencia mucho mayor en esta última para invertir una tendencia que les fue adversa desde que empezaron a anunciarse los resultados.
La participación fue masiva, y podría situarse en el 90% de los 4,3 millones de electores que se registraron para votar (de una población de 5,3 millones).
Y es que el debate sobre poner punto final o no a 307 años de historia común ha levantado pasiones. El temor al impacto económico de la separación, alimentado por el traslado a Londres del domicilio social de bancos como Royal Bank of Scotland en vísperas del referéndum, acabó frenando la opción independentista.
Se espera que el primer ministro David Cameron se dirija en breve al país para valorar unos resultados que de haber sido los contrarios le podían haber costado el cargo.
Pero en vísperas del referéndum, David Cameron junto con el liberal Nick Clegg y el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, se comprometieron por escrito a iniciar hoy el proceso de ampliación de competencias.
"Los nuevos poderes extensos serán concedidos por un proceso y un calendario acordado por nuestros tres partidos, empezando el 19 de setiembre", enfatizaba el documento.
"Estamos de acuerdo en que el Reino Unido existe para garantizar oportunidades y seguridad para todos compartiendo nuestros recursos equitativamente entre las cuatro naciones", Inglaterra, Irlanda del Norte, Gales y Escocia, continúa el texto.
Miles de escoceses aguardaron los resultados toda la noche frente al Parlamento regional de Holyrood y en los pubs especialmente abiertos para la ocasión, que dejaron de vender alcohol a partir de las 03:00 horas locales, como medida para evitar excesos.
Independientemente del resultado, "tendremos que vivir juntos", dijo de forma conciliadora Denis Henderson, votante del "No".
En el referéndum pudieron votar todos los residentes legales en Escocia -británicos o no- mayores de 16 años, pero no los escoceses que viven en el extranjero.
Escocia ha cambiado una decena de veces de estatuto en 1.400 años de turbulenta historia, pero en esta ocasión, el ejercicio democrático ha obligado a una imponente operación logística, con la instalación de 2.600 colegios electorales dispersos por un territorio que representa un tercio del Reino Unido.
El triunfo de la independencia hubiera avivado reivindicaciones similares en lugares europeos como Cataluña, que ha convocado un referéndum para el 9 de noviembre considerado inconstitucional por el gobierno central, Flandes, el País Vasco o el Veneto.
Edimburgo ha sido esta semana la capital de los movimientos separatistas del mundo, y la abundancia de banderas de otros lugares por el casco antiguo era notable, en particular las independentistas catalanas.