Nacionalistas y unionistas deciden hoy si rompen o no con el Reino Unido después de 300 años, en una decidión incierta luego que los sondeos den una leve ventaja al "no", pero por un margen insignificante comparado con el del número de indecisos.
Los analistas coinciden en que es una cita de difícil disección porque se espera una participación superior a cualquier elección anterior.
"Ganaremos", dijo el ex primer ministro laborista británico Gordon Brown, escocés, que en las últimas semanas ha tomado las riendas de la campaña unionista.
Brown habló en un centro comunitario de Glasgow ante varios cientos de personas en el que apeló a la historia común para no independizarse.
"Luchamos dos Guerras Mundiales juntos. No hay un cementerio en Europa en el que no yazcan codo a codo un escocés, un galés, un inglés y un irlandés. Cuando pelearon, nunca se preguntaron de dónde venían", dijo.
El líder independentista Alex Salmond, jefe del gobierno regional, escribió una carta a los escoceses pidiéndoles que no dejen escapar la oportunidad de guiar su destino.
"Despierten el viernes en el primer día de un país mejor. Sabiendo que lo hicistéis, sabiendo que hicistéis que ocurriera", escribió Salmond.
"Se trata de dejar el futuro de vuestro país en vuestras manos. No dejéis que la posibilidad se escurra. No dejéis que os digan que no podemos. Hagámoslo", añadió.
Incluso la derrota tendría algo de victoria para Salmond, porque los partidos británicos se han comprometido a ceder más competencias a Escocia si opta por quedarse.
"El viernes, cuando el 'sí' haya ganado, y espero que por un buen margen, los políticos de Londres nos cantarán una canción muy diferente", dijo, avisando contra los guiños a los escoceses del primer ministro David Cameron y los otros líderes nacionales.
Los independentistas se reunieron el miércoles en la plaza George de Glasgow, donde engalanaron con sus símbolos el pedestal de la estatua del escritor Walter Scott y ondeaban banderas.
"El viernes voy a salir a bailar un poquito por la ciudad para celebrarlo", dijo a la AFP entre risas Frank Evans, un votante del "sí" de 62 años que fue a la plaza con su hija.