Escolares de 11 países conviven en escuela con más inmigrantes
El 25% del alumnado de la escuela República de México, de Santiago, es extranjero. La mayoría de los estudiantes proviene de Perú y Colombia.
"Ellos sienten que aquí son peruanos, son colombianos, son argentinos… y a nosotros jamás se nos pasaría por la cabeza tratar de chilenizarlos, al contrario, optamos por la integración y el respeto a sus raíces". Así define Alfonso Peña, director de la escuela básica República de México, ubicada en Santiago Centro, el proyecto educativo del establecimiento que cuenta con más diversidad de alumnos inmigrantes en Chile.
De los 510 matriculados este año 2013, de prekínder a octavo básico, el 25% corresponde a extranjeros. De ellos, la mayoría viene de Perú y Colombia, aunque el recinto también cuenta con estudiantes de Bolivia, Estados Unidos, España, Ecuador, Uruguay, Argentina, Paraguay, República Checa y Rusia.
Según el director, la llegada de tantos inmigrantes se debe principalmente al "boca a boca" y la ubicación del colegio. "Al ser un barrio muy viejo se da fácilmente el arriendo de piezas. Son personas que buscan mejores expectativas de vida. Otros llegan derivados por la Superintendencia de Educación Escolar".
Vladimir Contreras, profesor de historia, trabaja hace 12 años en el establecimiento y es testigo de los cambios que ha tenido. Antes, enseñar su materia no era problema. Hoy, asegura que todo es distinto: "La llegada de niños extranjeros se empezó a masificar hace unos cinco años, y pasó a ser mucho más global. Fue complicado para mi asignatura", cuenta.
Por lo mismo, decidió implementar un taller de historia de Chile, el que imparte todos los martes después de clases a alumnos inmigrantes. Visitan museos, refuerzan los conocimientos de geografía, historia natural y ven películas. De esta forma, Vladimir logró que los alumnos extranjeros se interesaran por una historia que "no les era propia", dice.
"Cada profesor, a su modo, trata de hacer algo, de buscar soluciones", agrega.
No es lo único que debieron adaptar. Además de modificar el currículum educativo, que comprende la creación de talleres de nivelación, trabajar con guías impresas para ahorrar tiempo en clases y no enviar tareas a la casa y evaluaciones orales, en algunos casos, se estableció que en cada acto los estudiantes desfilen con las banderas de sus países, hagan su baile típico y, en ocasiones, puedan exponer trabajos manuales que representen sus tradiciones.
Como la escuela posee un 55% de alumnos vulnerables, se creó el programa "Medio Pupilaje", que comienza una vez terminada la jornada completa, con talleres recreativos que se extienden hasta las 18 horas, todos los días. "Hay mamás que no pueden venir a buscar a los alumnos en la tarde porque trabajan, muchas son asesoras del hogar y no alcanzan", explica Flor Hernández, jefa de la Unidad Técnica Pedagógica.
La escuela tampoco se cierra en vacaciones de invierno ni en verano. Incluso, durante ese período se instala una piscina para que los niños puedan ir a pasar sus vacaciones, ya que más del 60% reside en la misma comuna. Es decir, la escuela nunca cierra.
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