Escondida, la mayor mina de cobre del mundo, dijo el martes que no acudirá a una invitación del gobierno para negociar con el sindicato de la empresa, mientras sus operarios sigan en huelga.
La Dirección del Trabajo había dicho previamente que el encuentro no era obligatorio y solamente buscaba generar un acercamiento para intentar poner fin a la paralización de la mina, que ya está en su quinto día.
La reunión estaba programada para las 10.00 horas en Antofagasta y los trabajadores expresaron previamente que el punto más importante a tratar es que la empresa no tome represalias, así como una agenda de trabajo "con fechas concretas" para el cumplimiento de sus demandas, dijo Luis Valdés, dirigente del sindicato que agrupa a 2.375 operarios.
A la protesta se sumarán hoy los 9.000 trabajadores contratistas que apoyan las faenas de las mineras.
La compañía ya había advertido el lunes que podía tomar acciones legales para retomar sus operaciones. La ley habilita a una firma a despedir a un operario que se ausenta por dos días de su puesto.
En su quinto día de paro, el yacimiento ya habría dejado de producir unas 15.000 toneladas, lo que representa cerca de unos US$150 millones, según estimaciones de Reuters.
Los trabajadores exigen a la empresa que responda por las rebajas en los beneficios laborales, principalmente en bonificaciones por ganancias extraordinarias de la firma.