España confía en que las relaciones económicas con una próspera Latinoamérica sigan amortiguando los golpes de la grave crisis que atraviesa el país europeo, dijo su ministro de Asuntos Exteriores este viernes.

"Se ha coincidido en que Latinoamérica es una oportunidad muy importante (para salir de la crisis)", dijo a periodistas José Manuel García-Margallo en la XXII Cumbre Iberoamericana. "España y Portugal somos los amigos privilegiados para América Latina", agregó.

España es el segundo inversionista en América Latina pero mira ahora hacia sus antiguas colonias en busca de mecanismos para resuciten su economía en profunda recesión.

Margallo dijo, sin embargo, que aún hay oportunidades para las empresas del país por la necesidad de mejor infraestructura en Latinoamérica.

"Se ha aludido al desarrollo de las infraestructuras en Latinoamérica (...) las empresas españolas pueden jugar un papel muy importante", dijo.

El año pasado, sólo las empresas españolas integradas en el principal índice bursátil español facturaron unos 115.000 millones de euros en Latinoamérica, es decir uno de cada 4 euros de sus ventas totales.

Entre ellas figuran grupos de infraestructuras y servicios básicos como Abertis, FCC, Sacyr, Abengoa, Gas Natural, Iberdrola y Endesa, aparte de los gigantes Telefónica, Repsol , Santander y BBVA.

Especialmente importante para España es Brasil, la sexta economía más grande del mundo.

España ya es el segundo mayor inversor extranjero de ese país y quiere aprovechar los proyectos de infraestructura para la Copa Mundial de fútbol del 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro.

Ello ha llevado a España a hacer todos los esfuerzos posibles para contar en la reunión iberoamericana con la presidenta Dilma Rousseff, que visitará Madrid tras la cumbre.

En una entrevista con la revista brasileña Epoca Negocios el presidente español Mariano Rajoy dijo que quería "más Brasil en España y más España en Brasil".

Riesgo español sale caro a empresas

Las empresas españolas están pagando caro el deterioro de la marca España a la hora de acceder a financiación, pero además podrían sufrir por este motivo al competir para obtener concesiones en el mercado latino.

"Hay muchos grandes grupos de infraestructuras que tendrán que olvidarse de grandes adjudicaciones por un tiempo debido a problemas específicos de deuda y financiación, pero también por cuestiones de rating soberano y perspectivas en España", dijo Flemming Barton, analista de CM Capital Markets en Madrid.

"Es lógico que los gobiernos (latinoamericanos) lo piensen dos veces a la hora de dar concesiones, sobre todo las consideradas estratégicas como carreteras o aeropuertos, o dar servicios básicos como el agua a empresas en las que se percibe debilidad, riesgos o alta deuda, ya que pueden tener que acabar interviniéndolas y adjudicándolas otras vez", añadió.

Los empresarios españoles pueden percibir cierto riesgo de sus inversiones en algunos países latinoamericanos tras la reciente expropiación de la inversión de Repsol en Argentina, lo que Margallo reconoció de manera indirecta al pedir "seguridad jurídica" para las inversiones, sin mencionar a la petrolera.

En este sentido, el canciller español dijo que se había firmado un acuerdo entre 70 entidades privadas a ambos lados del Atlántico para utilizar la mediación y el arbitraje como instrumento de solución de conflictos.