Los primeros resultados de las elecciones generales en España otorgaban ventajas a las dos fuerzas hegemónicas en el país, el PP y el PSOE, contradiciendo los sondeos a boca de urna conocidos previamente, apenas tres días después del referendo en Reino Unido que definió su salida de la Unión Europea.
Con el 55% del voto escrutado, el gobernante Partido Popular (PP) obtendría 134 de los 350 escaños del Congreso, frente a los 123 alcanzados en las elecciones de diciembre pasado, que no lograron concluir con la formación de un Gobierno en España.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que las encuestas relegaban a un tercer lugar tras turnarse en el Gobierno con el PP en las últimas décadas, habría resistido o incluso mejorado respecto a diciembre, con 92 diputados, dos más que los obtenidos en la elección anterior.
La coalición de izquierda Unidos Podemos se mantendría en tercer lugar con 70 diputados, incluso uno por debajo de lo obtenido por separado en los anteriores comicios.
Independientemente del desvío sobre los sondeos, el resultado no modificaría sustancialmente las opciones de gobernabilidad después de seis meses de gobierno interino en los que no se alcanzaron acuerdos decisivos y que obligaron a repetir los comicios.