El paseo de La Rambla es el epicentro del "carrete" en Barcelona. Catalanes y turistas se confunden entre las miles de personas que llegan cada noche a ese lugar a repletar bares de copas hasta las dos de la mañana, hora en que se cierran los boliches y la marea de gente es reemplazada por camiones con agua que limpian el lugar cada madrugada.
Pero la fiesta catalana tiene fecha de vencimiento. Una nueva norma pondrá fin al "carrete" con hora feliz: los happy hour, barras libres, tragos gratis y rebajas de precios en las bebidas alcohólicas de Barcelona serán historia. El Parlamento Catalán aprobó por unanimidad -el pasado miércoles- la Ley de Salud Pública que por primera vez prohíbe estas prácticas nocturnas bajo riesgo de multas de entre 3.000 y 10.000 euros (2,5 y 8 millones de pesos). También restringe las fiestas promocionales de marcas de bebidas alcohólicas y su publicidad por cualquier medio. La idea es que ningún local pueda vender ofertas de tragos, sea cual sea el horario.
La ley busca reducir los números detrás del consumo de alcohol en los jóvenes. En España, el 81,2% de los escolares declara que ha consumido alcohol alguna vez en la vida y el 65,6% en el último mes, según datos de 2008. Una tendencia al alza que la oficina de salud del gobierno local detectó desde hace una década. "El patrón de consumo mediterráneo ha dado paso al del norte de Europa: consumo compulsivo que llega hasta la pérdida del conocimiento, especialmente en fin de semana", señala a La Tercera Josep Lluís de Peray, coordinador Agencia de Salud de Cataluña.
No se trata de un hecho aislado. "Ya es una tendencia en las autoridades europeas el dificultar el acceso a las sustancias adictivas y que generan efectos nocivos en la salud", dice Peray. De hecho, la iniciativa catalana, que se inspira en normas de países como Irlanda, Francia o Escocia, está siendo evaluada por Inglaterra, mientras que Trinidad Jiménez, ministra de Salud de España, sostuvo que trabajan en una ley similar para aplicarla en todo el país.
Aunque la prohibición cuenta con el respaldo de bares, restaurantes y discotecas, la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon) entregó una advertencia: la posibilidad de que se opte por fórmulas como beber en la vía pública.
RIESGO DE "BOTELLÓN"
Eso ya ocurre. "Cuando un turista camina por La Rambla, lo primero que te ofrecen es cerveza en lata de marca dudable a un euro. Y en varios idiomas", explica Karen (23), chilena residente que ha trabajado como mesera en bares del sector, aludiendo a los inmigrantes que se dedican a ese tipo de comercio. "Que te pille la guardia civil es un lío que nadie quiere. Además, las calles las lavan todas las noches porque está todo mojado", complementa Karen.
"Sabemos el riesgo que entraña esta ley. En tiempos de crisis, prohibiendo un acceso más económico a la bebida podemos estar fomentando la compra de alcohol en un supermercado que luego será consumido en el espacio público. Es un debate que viene y que es responsabilidad de la sociedad", dice Peray.
¿Sirve la restricción? En Chile, donde el happy hour (o after office) se caracteriza por promociones de dos tragos por el precio de uno, entre las 19 y 22 horas, la medida podría impactar en el consumo excesivo y problemático de alcohol, según Rolando Chandía, psiquiatra y director de la clínica Alfa. "Podría reducir problemas de seguridad ciudadana y accidentes de tránsito vinculados al alcohol, lo que es muy importante, dada la cantidad de casos que exhibe Chile. Sin embargo, advierte, no ayudaría a controlar el alcoholismo ni menos a generar un cambio cultural.