La polémica entre Donald Trump y la NFL comenzó el viernes con las críticas del presidente a los jugadores, que han protestado por la violencia policial contra los afroamericanos colocando una rodilla en tierra durante la interpretación del himno nacional. El mandatario instó a los dueños de los equipos de la NFL a despedir a los jugadores críticos y añadió que, si los aficionados "abandonaran el estadio" cuando tienen lugar protestas de ese tipo, esas "cosas pararían". Esto generó una reacción aún mayor este domingo, quebrada por un sólo uno que se convirtió, para los que apoyan a Trump, en casi un héroe.
Mike Tomlin, entrenador de los Pittsburgh Steelers, explicó que en el caso de su equipo se decidió no salir durante el himno, para así no obligar a nadie a tomar una determinación pública e individual. Actuarían unidos en señal de protesta.
Pero alguien no estuvo de acuerdo. El español Alejandro Villanueva, con historial militar en Afganistán, quien sí apareció en la boca del tunel para entonar el himno con la mano en el corazón.
Un gesto que disparó su popularidad, ubicándose en un día en el segundo jugador del equipo con más camisetas vendidas, sólo superado por Antonio Brown, quien es una de las grandes estrellas de la NFL.
Además, se ubicó en la sexta posición de jugadores de toda la liga que más camisetas vende sólo por detrás de Marshawn Lynch, Derek Carr, Carson Wentz, el citado Brown y Aaron Rodgers, todos ídolos en sus respectivos mercados.