Gu Kailai (53), la esposa del dirigente chino caído en desgracia Bo Xilai fue juzgada hoy por el homicidio de un empresario británico, en un caso que sacudió al Partido Comunista a pocos meses de un recambio generacional en la cima del poder de la potencia asiática.
El juicio de Kailai, una reconocida abogada internacional, se celebró ante un tribunal de Hefei, en una única sesión, y el veredicto se dará a conocer posteriormente.
La defensa indicó que no había rebatido la acusación de homicidio intencional que pesa sobre Gu por la muerte en noviembre de 2011 del empresario británico Neil Heywood (41), envenenado con cianuro en un cuarto de hotel de Chongqing, la megalópolis china de la que era alcalde su marido Bo Xilai. Los querellantes sostienen que fue la propia Gu quien puso el veneno después de haberlo emborrachado.
Gu y su marido tenían una estrecha relación con Heywood, que se enturbió por desacuerdos financieros.
El abogado de oficio de Gu, Tang Yigan, indicó al finalizar la audiencia que esperaba que la corte tomase en consideración, al pronunciar la sentencia, la cooperación de su clienta con la investigación.
Diplomáticos británicos asistieron al proceso, un acontecimiento notable ya que las autoridades chinas suelen impedir la presencia de extranjeros en los tribunales.
Cuatro oficiales de policía serán juzgados esta semana por haber intentado ayudar a Gu a sustraerse a la justicia, informó la agencia oficial Xinhua.
ESCANDALO
El caso se convirtió en uno de los más sonados escándalos en China y selló el destino de Bo, cuestionado ya por sus métodos autoritarios, sus tentativas de resucitar usos y costumbres de la época maoísta y algunos tejemanejes financieros.
Decenas de policías uniformados y de civil se desplegaron desde la mañana en el exterior del tribunal. Una militante que hizo un llamado a favor de mayor apertura en China fue detenida, señaló una periodista de la AFP.
Los analistas estiman que Gu Kailai será declarada culpable de homicidio aunque evitará la pena capital.
No obstante, añaden, su suerte y la de su marido dependen íntimamente de la lucha actual en la cúpula del régimen, a escasos meses del 18º congreso del Partido Comunista (PCCh) que marcará un relevo en el equipo dirigente.
Según Xinhua, la acusación dispone de pruebas "irrefutables" contra Gu.
EXPERTOS
Para los expertos, la celebración de este proceso significa que la dirección comunista ha logrado un consenso sobre la manera de tratar el caso Bo Xilai.
Este ambicioso y brillante responsable político, hijo del mariscal Bo Yibo, uno de los fundadores del régimen junto a Mao Zedong, cayó en desgracia la pasada primavera al verse involucrado en denuncias de corrupción. Actualmente se encuentra detenido en un lugar secreto.
El hijo del matrimonio, Bo Guagua, estudiante en Estados Unidos, dijo esta semana al canal norteamericano CNN que transmitió un comunicado en favor de su madre. "Los hechos hablarán por sí solos", aseguró.
Joseph Cheng, sinólogo de la universidad de Hong Kong, considera que una entencia clemente para el clan Bo será compensada por una pérdida de influencia de sus allegados en el próximo organigrama de la dirección suprema del Partido.
La caída de Bo Xilai arrojó una cruda luz sobre las profundas divisiones en la cima del aparato comunista.
Bo se hizo muchos enemigos con su enérgica campaña antimafia y su afición por los cantos revolucionarios "rojos" de la época de la Revolución Cultural (1966-76) que puso de nuevo a la moda en Chongqing.
El escándalo final estalló cuando el brazo derecho de Bo, el "superpolicía" Wang Lijun, partidario de la fuerza y con fama de incorruptible, intentó refugiarse en un consulado general de Estados Unidos en Chongqing, donde reveló todo lo que sabía de las intrigas de la pareja Bo.