La mañana del lunes, sólo unas cuantas personas sabían que Manuel Zelaya había logrado ingresar a Honduras y que se disponía llegar a Tegucigalpa a como dé lugar. Con el más completo sigilo, Xiomara Castro hizo gestiones en la embajada de Brasil, que poco después permitió que su esposo pudiese refugiarse ahí. En diálogo con La Tercera desde el interior de la sede diplomática, la esposa del derrocado Presidente hondureño contó que han vivido horas difíciles y que cada día la tensión aumenta. "No tenemos agua ni nos permiten el ingreso de alimentos", afirmó Castro, quien ha debido dormir en un colchón inflable con su marido en una habitación compartida.
"Prácticamente no hemos podido dormir. Anoche (martes) han tirado piedras al interior de la embajada y las Fuerzas Armadas y la policía han tirado un polvo que nos tiene a todos con un fuerte dolor de cabeza y con problemas en la garganta", señaló la esposa de Zelaya. También, afirmó que en las últimas horas han aparecido aparatos cerca de la embajada que han interrumpido en algunos momentos las señales de teléfonos y celulares. "Hay movimiento de militares en la calle y en las casas contiguas. No nos permiten el ingreso de alimentos. Hay toque de queda. Hay necesidad de medicamentos, porque hay personas hipertensas. Y además estuvimos sin luz", contó Castro, quien calcula que ayer había alrededor de 150 personas al interior del inmueble.
A su vez, Zelaya denunció que el gobierno de Roberto Micheletti planeó asaltar la embajada para luego declarar que el depuesto mandatario se había suicidado. "Hemos sido bombardeados con gases lacrimógenos, nos hicieron entrar en shock respiratorio, porque las bombas cayeron dentro de la embajada con el fin de provocar nuestra salida y, lógicamente, un magnicidio", agregó, algo que Micheletti negó.
"El quiere ser un mártir. El quiere desestabilizar al país", afirmó el gobernante de facto. Micheletti apuesta por resistir hasta las elecciones del 29 de noviembre y entregar el poder en enero, pese a que casi toda la comunidad internacional ha dicho que no reconocerá esos comicios.
Un reportero gráfico que se encuentra dentro de la embajada contó a La Tercera que la mayor parte del tiempo Zelaya permanece encerrado en una habitación y a ratos sale a hablar con la prensa en reuniones informales. Además de su esposa, el depuesto Presidente está acompañado por su hijo, un guardaespaldas y una decena de seguidores. Desde que llegó a la sede diplomática brasileña, Zelaya ha dormido a sobresaltos en sillones de la embajada y se ha levantado alrededor de las cinco de la mañana. No se despega de su celular y tampoco de su sombrero ranchero, su más conocido distintivo. "El pasa la noche sin dormir, aunque en realidad él siempre ha dormido muy pocas horas", dijo a este diario Rafael Alegría, asesor de Zelaya.