Entre las 12.30 y las 13.00 horas del jueves, una dueña de casa identificada con las iniciales S.A.T., de 44 años, fue víctima de un violento asalto en su departamento, ubicado en Ramón Cruz con Rodrigo de Araya, en la comuna de Ñuñoa. Esta tarde, el marido de la víctima, Mauricio Guajardo, describió el ataque que recibió su esposa.
La mujer fue interceptada mientras salía de su departamento, por un sujeto que, según describió, tiene entre 25 y 29 años. Según Guajardo "el tipo opta por maniatarla, amordazarla, la vuelve a golpear, le empieza a hacer tocaciones, manosearla como se dice, todo esto en el transcurso de como media hora o una hora en la que estuvo en la casa".
Pero el delincuente fue más allá. Según el relato de Guajardo, "el tipo vio unos cigarros que tenía mi señora, prende un cigarro, fuma como 2 ó 3 veces y empieza a quemarle los pechos y a hablar mal de las mujeres". Añade que el sujeto "la golpeaba con mucha violencia". Finalmente, el delincuente se retiró llevando consigo la suma de $120.000 en dinero y especies.
Guajardo arribó a su departamento alrededor de las 14.15 horas, y encuentra la puerta de entrada junta y el interior de la vivienda desordenada. "Comno yo sabía que mi señora iba a salir, pensé que no estaba", cuenta.
Pero mientras se adentra en el departamento, escucha el llanto de la mujer, quien se encontraba en el baño "amarrada y en un estado de shock impresionante". Según cuenta, "me acerco a ella para liberarle sus manos y sacarle lo que tenía en la boca, no me dejaba acercarme, se alteró más donde yo quería tocarla, en el sentido de ayudarla". "Yo me preocupé", añade, "porque pensé que podría haber habido un tipo de abuso sexual".
Guajardo encontró a su esposa con el sostén desabrochado y los pantalones a media cintura, por lo que llamó a su padre y a su tía para que lo ayudaran a tranquilizarla. Una vez que la sacaron del baño y la instalaron en el living del departamento, llamaron a Carabineros para hacer la denuncia. Los uniformados constataron las lesiones, y al tiempo llegó el fiscal.
Para el apoyo emocional de la mujer "mandaron un grupo de personas de apoyo a víctimas", quienes la tranquilizaron.
Según comentó Guajardo, hace pocos días habían llamado a Carabineros, para avisar que un grupo de personas sospechosas merodeaban los alrededores del edificio. Pero añade que su esposa no pudo ver bien la cara del delincuente, quien se encontraba con un cuello de polar, por lo que no identificó si se trataba de una de las personas que había visto.