Unión Española volvió a caer en el campeonato, y esta vez de visita frente a O'Higgins por 2-0, en un encuentro que traía novedades en la puerta hispana. Cristián Guerra (22) reemplazaba en la titularidad a a Diego Sánchez (29), fuera de l convocatoria por dolencias en una de sus rodillas.

Meji Guerra estaba ante la oportunidad de su vida. Tuvo 40 minutos brillantes. Le atajó un penal a Calandria a los 31' y había salvado en variadas ocasiones a los rojos. Esto hasta el 40', cuando en un mano a mano frente a Juan Fuentes llegó su momento amargo. "Recuerdo que el rival recibió solo. Me paré frente a él para esperarlo y cuando intentó esquivarme, me lancé. Corté la jugada con mi mano derecha y le saqué el balón de los pies. Después de eso sentí el golpe y que mis dientes ya no estaban. Vi mucha sangre", cuenta ayer el golero.

Tres piezas dentales perdidas, un corte en el labio superior y fractura nasal fue el resultado del golpe sufrido. Fue trasladado hasta el Hospital Clínico FUSAT en Rancagua, lugar donde se confirmó el diagnóstico de la lesión y fue suturado su labio. "Sentí mucha impotencia con la lesión, porque sabía que no podría seguir en el partido y sabía que era el mejor que había hecho en mi corta carrera", dice el joven oriundo de Mejillones, 22 años, que se encuentra con reposo en su casa.

"Recibí los mensajes de apoyo de mis compañeros en la tarde cuando seguía en la clínica. Con el profe (Palermo) no he podido cruzar palabras ahora, pero espero que haya quedado conforme con mi trabajo, porque siento que fue bueno", agrega.

Guerra vistará hoy a un especialista, quien determinará cuántos días más de reposo tendrá y el tratamiento a seguir. "Espero recuperarme pronto para volver a entrenar al cien y obtener una nueva oportunidad", finaliza Meji.

Tras el episodio que vivió el segundo portero de Unión, Marcelo Salinas Paulino (21), que estaba en la banca, tuvo que alistarse. El día estaba para las oportunidades. El tercer arquero se puso la polera de los rojos y los guantes. Su rostro lleno de ilusión se hizo presente en El Teniente. Entró al campo poco antes del descanso. Luego tuvo una tajada meritoria. Pero en el 73' recibió el mazazo. Se acabó el 0-0. Un córner desde la derecha de Rolle tumbó su debut. En su estreno, recibe un sonrojante gol olímpico. Tres minutos después, Insaurralde le marca el segundo por debajo de las piernas. No cierra bien su palo. Unión Española no se fía tampoco de lo que luego pueda decir. Lo cubre de entrevistas. "De ningún modo va a hablar", explica su jefe de prensa.

La historia de Salinas está dividida en tres países. Alemania, Portugal y Chile. El 29 de mayo de 1995 nació en Hannover. Su madre es de origen luso y su padre, chileno. En el país teutón se formó, mostró sus condiciones y una imponente estatura (1,93 metros) que sin embargo no le impidió el sábado cortar de buena forma el centro chut.

Salinas defendió los palos de la Sub 17 de Portugal. Luego, Dóberman, como es apodado, manifestó en reiteradas ocasiones su intención radicarse en Chile. En 2012 se integró a la Sub 20 de Fernando Carvallo. Las buenas actuaciones impresionaron a Borghi, que lo recomendó a Colo-Colo. Marcelo Ramírez, preparador de arqueros por aquella época del Cacique, sintió decretó que no tenía nivel. Un año más tarde firmó con el Borussia Dortmund por tres temporadas. Y en agosto pasado, con buena reputación, fichó por Unión Española. El equipo con el que debutó sin mucho acierto el sábado. El final de una semana en la que el arco de Unión se volvió esquizofrénica.