La propaganda del Estado islámico (EI) usó hoy un audio reciente atribuido al "califa" Abu Bakr al Baghdadi para celebrar la "liberación" de Ramadi, capital de la región sunnita de al Anbar, y amenazar con ocupar Bagdad y Kerbala, la ciudad santa de Irak para los chiítas del mundo.

Las milicias chiítas iraquíes, financiadas por Irán y usadas ampliamente por el gobierno de Bagdad para contrarrestar al EI en el norte y este del país, afirman estar listas para intervenir en Ramadi, bastión histórico del sunnismo y centro de una región cuna del qaedismo iraquí, del cual es hijo el grupo armado extremista.

Desde el consejo provincial de Ramadi afirman que en las últimas 72 horas el EI mató a cerca de 500 militares, policías y civiles.

Miles de personas huyendo hacia la capital. La ciudad fue habitada en otro tiempo por 850 mil personas, y sólo en abril pasado se fueron 150 mil.

La caída de Ramadi, que Estados Unidos considera simplemente "un freno" para la coalición, no fue imprevista. Este centro urbano está a 100 kilómetros de la capital iraquí.

Las fuerzas yihadistas asediaron en el lapso de dos meses a la ciudad. Casi toda la parte habitada de Anbar está desde hace tiempo bajo control del EI, que desde abril intensificó la presión sobre el centro urbano.

En abril, el gobierno central de Bagdad anunció un acuerdo con Estados Unidos para concentrar los esfuerzos militares no hacia Mosul, en el norte y desde el año pasado en manos del EI, sino hacia Ramadi porque justamente era tangible el peligro de que cayera.

El EI difundió esta mañana un video en el cual dedica la "liberación" de la ciudad al "Príncipe de los Creyentes" Baghdadi.

Noticias contradictorias e imposibles de confirmar circularon sobre Baghadi y su presunta incapacidad física de permanecer al comando del "califato" luego de haber recibido una supuesta herida.

En la filmación algunos tramos del audio-mensaje emitido recientemente y atribuido a Baghdadi fueron usados para levantar la moral de las tropas yihadistas y fijar otro objetivo, por ahora "mítico": Bagdad y Kerbala, al sur de la capital.

La llegada hoy a Bagdad del ministro de Defensa iraní, Hossein Dehghan, quien se reunió con el premier Haidar al Abadi, reflejó la gravedad de la situación.

Irán y Estados Unidos son los principales apoyos políticos y militares del gobierno de Abadi.

Visto el escaso éxito de las milicias sunnitas de Anbar para frenar la ofensiva yihadista, el premier anunció el domingo el inminente despliegue de las fuerzas irregulares chiítas.

Un vocero de las milicias filo iraníes declaró a la prensa internacional la intención de "eliminar al enemigo bárbaro".

Según fuentes iraquíes, también el embajador norteamericano en Irak aprobó el despliegue de los chiítas armados en Anbar.

Pero la llegada de esos voluntarios, que en los meses anteriores ayudaron a recuperar Tikrit, la ciudad natal de Saddam Hussein, corre el riesgo de desatar las tensiones en un clima ya polarizado entre sunnismo y chiísmo.