La directora de la Unesco condenó el viernes la destrucción de la antigua ciudad asiria de Nimrud en Irak a manos del grupo yihadista Estado Islámico y la calificó de "crimen de guerra".
"Condeno con la mayor firmeza la destrucción del enclave de Nimrud", dijo Irina Bokova en un comunicado. "No podemos permanecer en silencio. La destrucción deliberada del patrimonio cultural constituye un crimen de guerra. Hago un llamamiento a todos los responsables políticos y religiosos de la región a alzarse contra este nuevo acto de barbarie", afirmó.
Bokova indicó haber informado al presidente del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas, y a la fiscal de la Corte Penal Internacional sobre este asunto y haber llamado "al conjunto de la comunidad internacional" a "aunar esfuerzos" para "parar esta catástrofe".
Según Bokova, "la limpieza cultural de que es objeto Irak no se detiene ante nada ni ante nadie: tiene como objetivo la vida humana y las minorías y se acompaña de la destrucción sistemática de un patrimonio milenario de la humanidad".
Según el ministerio irakí de Turismo, el grupo EI empezó el jueves a destruir las ruinas asirias de Nimrud, unas horas después de que los yihadistas difundieran un video en el que mostraban la destrucción de esculturas preislámicas de un valor incalculable en el norte de Irak.
La ciudad de Nimrud, fundada hace más de 3.300 años, fue una capital del imperio asirio. Está situada en la ribera del Tigris a unos 30 kilómetros de Mosul, la gran ciudad del norte de Irak, controlada por el EI desde el pasado junio.