El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha ejecutado a 2.154 personas desde que declaró un califato en las zonas bajo su control en Siria, el 28 de junio de 2014, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Según un comunicado, desde esa fecha la ONG ha documentado el asesinato por parte de los extremistas de 1.362 civiles, entre ellos 930 miembros del clan tribal Al Shuitat, nueve menores y diecinueve mujeres.
Estas víctimas se registraron en las provincias de Damasco, Rif Damasco, Al Raqa, Al Hasaka, Alepo, Homs, Hama y Deir el Zur. En esta última fue donde los extremistas mataron a los miembros de la tribu Al Shuitat.
Los métodos usados por el EI fueron los fusilamientos, decapitaciones, degollamientos y lapidaciones, así como la quema de sus víctimas y su lanzamiento desde azoteas de edificios.
Además, los yihadistas ejecutaron a 137 miembros de facciones rebeldes, de brigadas islamistas, del Frente al Nusra -filial de Al Qaeda en Siria-, y de la milicia kurda Unidades de Protección del Pueblo.
Esos combatientes fueron asesinados después de caer prisioneros en manos del EI durante enfrentamientos y en puestos de control yihadistas.
La cifra de víctimas incluye asimismo a 126 integrantes del EI, que fueron acusados de espiar para otros países y que en su mayoría fueron capturados cuando intentaban huir de Siria.
Las ejecuciones también han afectado a 529 oficiales y efectivos de las fuerzas leales a Damasco, que fueron hechos presos por los radicales durante combates y en puestos de control.
El Observatorio no descartó que la cifra de fallecidos sea mayor a la que ha logrado registrar, debido a que hay cientos de prisioneros en los centros de detención de los yihadistas.
A fines de junio pasado, el EI proclamó un califato en las zonas conquistadas tanto en Siria como en el vecino Irak, donde en esas fechas se hizo con el control de amplios territorios, incluida la ciudad de Mosul, la segunda del país.
En Siria, el grupo yihadista tiene su bastión en Al Raqa, donde domina la capital provincial.