"El Estado Islámico (EI) era un espectro de terror que se había tomado nuestras vidas durante cuatro años. Estábamos desesperados y cansados. La vida se había detenido. El único escape era sumergirnos en mucho trabajo". Así describió a la cadena BBC, un comerciante que se hace llamar Hatem sobre cómo era vivir bajo la doctrina del grupo yihadista en Raqqa, el mayor bastión del EI. Ahora, tanto él como muchos otros habitantes de esta ciudad -ubicada al norte de Siria y ocupada por el grupo yihadista desde 2013- podrán eventualmente reconstruir su vida. Esto luego que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) anunciaran hoy que lograron recapturar esta urbe, luego de cuatro meses de combates.
El Estado Islámico había convertido a Raqqa en su capital desde comienzos de 2014. Allí implementó una interpretación extrema de la ley islámica y realizaba decapitaciones, crucifixiones y torturas para atemorizar a los residentes que se opusieran a su mandato. La ciudad se había convertido en hogar de miles de yihadistas extranjeros que habían llegado hasta allá desde diversos rincones del mundo atendiendo el llamado del líder del EI, Abu Bakr al Baghdadi (dado por muerto por Rusia en junio y por el Observatorio Sirio de DD.HH., aunque el grupo liberó un supuesto audio suyo en septiembre pasado como prueba de vida).
"La caída de Raqqa es una pérdida significativa para el Estado Islámico aunque el grupo permanece siendo capaz de revivir. Como capital del grupo, Raqqa era un símbolo de la fortaleza del Estado Islámico", dijo a La Tercera el investigador del centro de estudios Brookings Institution y profesor de la Universidad de Georgetown, Daniel Byman.
Las FDS están formadas por la milicia kurda Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y otras facciones pequeñas árabes. Según la BBC, con la ayuda de los ataques aéreos, armas y fuerzas especiales de la coalición liderada por Estados Unidos los combatientes de las FDS expulsaron al Estado Islámico de más de ocho mil kilómetros cuadrado de territorio. Así, en noviembre pasado comenzaron su ofensiva para reconquistar los territorios alrededor de Raqqa, para aislar la ciudad y cortar los principales ejes de comunicación con el exterior. En junio los combatientes ingresaron en la ciudad, con el apoyo de los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos.
En más de cuatro meses de combates, 3.250 personas murieron, de las cuales 1.130 eran civiles y 2.120 combatientes, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las operaciones militares en la "capital" del EI en Siria "terminaron. La ciudad está bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias", dijo a France Presse (AFP) un portavoz de esta alianza, Talal Sello. "Todo terminó en Raqqa. Hay actualmente operaciones de búsqueda para eliminar las células durmientes, si las hay y para desminar la ciudad", agregó.
De acuerdo con The New York Times, el Comando Central de Estados Unidos aseguró que "más del 90% de Raqqa se encuentra bajo control de las FDS".
¿El comienzo del fin?
Con esta pérdida, el Estado Islámico ya no controla ninguna ciudad grande ni en Siria ni en Irak. De hecho, en julio pasado las fuerzas iraquíes recapturaron Mosul, uno de los bastiones del grupo yihadista en territorio iraquí.
¿Qué es lo que ocurrirá ahora con el Estado Islámico? ¿Se acerca su fin? Esas eran las preguntas que hoy rondaban en los centros de estudios de Occidente. La BBC recordó que el grupo aún tiene el control de varios lugares, el mayor en la provincia de Deir Al-Zour. Aunque, eso sí, las SDF y las fuerzas sirias -respaldadas por los ataques aéreos rusos y las milicias de Hizbolá- ya lanzaron ofensivas separadas en esa región.
"Tal como lo hizo cuando perdió territorio en Irak, es probable que el Estado Islámico pase a la clandestinidad y luche como una insurgencia", señaló Byman. "A medida que el grupo pierde relevancia, los otros actores, cuya unidad estaba basada en la oposición al Estado Islámico, podrían comenzar a luchar unos contra otros", añadió.
En ese sentido, el Times señala que la caída de Raqqa amenaza con "inflamar la tensión entre los kurdos y los árabes". Como aseguró a La Tercera el ex agente de la CIA y analista del Brookings Institution, Bruce Riedel, es probable que pese a que esta coalición liderada por EE.UU. ha prevalecido contra el Estado Islámico, finalmente termine por desmoronarse, porque los intereses divergentes reaparecerán ahora que el enemigo común que tenían se ha reducido.