El estado mexicano de Tabasco sigue hoy conmocionado por el asesinato de un candidato a diputado local, su esposa y sus dos hijos en su casa, planeado supuestamente por un adolescente y ejecutado por varios jóvenes, y que ha provocado la suspensión de la campaña electoral.

Aunque el crimen se registró en la madrugada del pasado sábado, hoy varios medios de comunicación locales reprodujeron los testimonios completos, difundidos por las autoridades, de tres de los cuatro presuntos autores del crimen, detenidos el domingo.

El impacto ha sido tal que las tres principales agrupaciones que aspiran a diputaciones por Villahermosa, capital de Tabasco, el PRI, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), mantenían este lunes suspendidos sus actos proselitistas hasta que terminen los funerales.

En la campaña electoral se elegirán a 17 alcaldes y 35 diputados locales, entre quienes figuraba Fuentes, y su conclusión está prevista para el 18 de octubre.

Mientras, en las cadenas radiofónicas los ciudadanos piden que se reabra el debate sobre la pena de muerte. "A veces uno no quisiera pensar en desearle la muerte a los demás, pero cuando suceden estas cosas habría que replantearlas", dijo este lunes Francisco Espinosa, un conocido periodista local.

Las autoridades han identificado al autor intelectual del crimen como Marco Iván Soto Vidal (que está entre los capturados), de 16 años, quien era vecino de la víctima, José Francisco Fuentes Esperón, candidato a diputado al congreso local por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el IV Distrito de Villahermosa.

Según el testimonio de uno de los detenidos, Ricardo Hernández, de 18 años, Soto ya había ingresado en otras ocasiones a robar a la casa de sus víctimas, aprovechando los días en que el político, empresario y académico salía de vacaciones con su familia.

"El joven Marco se metió en casa de doña Lilián (Argüelles, la mujer del político) sólo a revisar qué encontraba, sacó alhajas y un celular, el cual me vendió a mí", recordó Hernández sobre una de las incursiones del menor en el domicilio.

Hernández es estudiante de preparatoria (bachillerato) y vigilante de la zona residencial donde vivían los fallecidos, en el sur de Villahermosa, una ciudad de 400.000 habitantes.

En su declaración a la Procuraduría (Fiscalía) General de Justicia de Tabasco, explicó también que Argüelles recuperó el celular al descubrirlo en sus manos un día en que lo vio en la caseta de vigilancia.

"Le dije que yo me lo había encontrado y pues que yo no tenía la culpa. Se lo regresé y no pasó nada", relató el joven, quien después de intervenir en el crimen del sábado regresó como si nada hubiera pasado a su puesto de trabajo. Desde ahí vio cómo policías y peritos acordonaban la zona residencial.

Al admitir su participación en los hechos, agregó que Soto le había revelado en otras ocasiones que quería tener relaciones sexuales con la esposa de Fuentes.

Para llevar a cabo el crimen, el viernes por la noche los cuatro presuntos autores, uno de los cuales permanece prófugo, adquirieron pasamontañas, cinta industrial, cordones y una caja de preservativos en una tienda comercial, que usaron para violar a la mujer de Fuentes.

Tabasco, estado en el que viven 2,1 millones de personas, era un territorio tradicionalmente tranquilo que ha sufrido un alarmante incremento de la criminalidad en los últimos meses, especialmente por la acción de los carteles de drogas.

En febrero un comando armado asesinó a once miembros de una familia de policías en el municipio de Macuspana, incluidos niños que se ocultaban debajo de sus camas, y a un humilde vendedor de frutas que pasaba por el lugar.

En mayo otro grupo de sicarios mató a ocho personas, siete de ellas miembros de una familia que incluía a un comandante de la policía municipal de Comalcalco.